Por qué no debes conducir con abrigo y la multa por llevarlo al volante

El termómetro apenas eleva los grados. Sales de casa abrigado y, velozmente para espantar el frío, te diriges hacia el coche. Su interior está helado así que ni siquiera te quitas el abrigo para emprender la marcha. Arrancas, quizás tiritando, Enciendes la calefacción y te diriges hacia una nueva jornada de trabajo y obligaciones. Error y quizás multa.

La Dirección General de Tráfico puede sancionarte por conducir con abrigo y con otras prendas de invierno, como los guantes o las botas de suela muy gruesa. Aunque no existe una prohibición expresa, al hacerlo se incumplen varias exigencias recogidas en el Reglamento General de Circulación.

El incumplimento se circunscribe al artículo 18.1 que obliga al conductor de un vehículo a garantizar el mantenimiento de su «propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción».

Llevar una prenda de abrigo puede comprometer la seguridad del conductor, al limitar la libertad de reacción en caso de emergencia, y con ello, la del resto de ocupantes del coche y la de los demás usuarios de la vía. La multas podría ascender hasta los 200 euros, dependiendo de la interpretación del agente en caso de accidente.

Más allá de este riesgo, llevar abrigo también limita la eficacia del cinturón de seguridad puesto el volumen de la prenda debilita la eficacia de la sujección. Esto ocurre con los conductores pero también con cualquier otro pasajero. Por este mismo motivo, se recomienda quitar a niños y bebés el anorak en la sillita del coche. Frente al frío, es preferible encender simplemente la calefacción.

La ropa es más importante a la hora de conducir de lo que a priori puede parecer. Existe, por ejemplo, una prenda que la DGT recomienda para minimizar el impacto en los accidentes de moto. Con ella, el 35% de los motoristas fallecidos en accidente y más del 25% de los hospitalizados hubieran quedado protegidos.

Se trata de los chalecos o chaquetas con airbag, dotados de una tecnología que les permite desplegarse en 120 milisegundos, antes de que el motorista se golpee contra el coche, protegiendo de esta forma sus órganos vitales.

El casco, por supuesto, también es fundamental para ellos, eligiendo correctamente la talla y siempre abrochado para evitar que salga despedido en un 20% de los siniestros, como ocurre en la actualidad.

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