Muere Inés Illán, la profesora de Latín que hizo de la palabra su refugio y su trinchera
La docente de la Universidad de Oviedo ha fallecido a los 86 años: «Nunca la vi con un juguete, siempre con libros; quería saber», recuerda su hermana Concha
Inés María Illán Calderón, profesora titular jubilada de Filología Latina de la Universidad de Oviedo, falleció ayer sábado en la capital asturiana a los 86 años. Su marcha apaga una voz singular que supo transitar desde la oscuridad de una posguerra hostil en Extremadura hasta la luminosidad intelectual de aquel Oviedo universitario de finales de los sesenta. Se va, como la define su hermana Concha, «alguien absolutamente fuera de guion, no una persona cualquiera».
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El final de su vida ha tenido, como su principio, un componente de destino inesperado. La familia se encontraba reunida ayer para la celebración del cumpleaños de Concha este domingo, cuando sobrevino el fallecimiento. «Hoy es mi cumpleaños, estábamos todos para celebrarlo y ha ocurrido esto», relata con pesar su hermana Concha. Un adiós abrupto para una mujer que fue, ante todo, «excepcional desde niña».
Una infancia sin juguetes, solo libros
Nacida en abril de 1939 en Don Benito (Badajoz), su llegada al mundo estuvo envuelta en un dramatismo que marcó su destino: su nacimiento salvó literalmente la vida de su padre, a quien permitieron detenerse camino del paredón para verla nacer, logrando escapar gracias a un guardia civil amigo.
Esa sombra de ser «hija de represaliado» curtió el carácter de Inés, pero nunca logró domesticarla. Mientras en su casa el saber era visto con temor —«mi madre le decía a mi padre que todo lo que le pasaba era por saber», recordaba Inés—, ella desafió ese tabú familiar con una voracidad intelectual precoz. «Nunca la vi con un juguete en la mano, sino con libros», rememora Concha sobre aquella infancia diferente. Su mantra, que repetiría toda la vida, era claro y rotundo: «Leed, para saber».
Becada desde los 11 años, superó una salud precaria y logró llegar a Madrid, al colegio mayor La Almudena, antes de recalar en Asturias en el curso 1967-1968.
Oviedo: activismo y conciencia
En la Universidad de Oviedo, Inés Illán no solo desarrolló su carrera docente hasta su jubilación en 2009, sino que encontró el ecosistema perfecto para su espíritu crítico. Entró en contacto con el círculo de Emilio Alarcos Llorach y se integró en las corrientes de izquierda, participando activamente en la revuelta estudiantil de 1969 y en el Club Cultural de Oviedo.
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«Era responsable, contestataria y concienciada con la causa de los derechos humanos», subraya su hermana. Inés entendía el latín no como una lengua muerta, sino como una herramienta para comprender el poder, y su vida fue, en palabras de su familia, «una vida dedicada a que el mundo tiene que ser mejor».
Tras su jubilación, siguió activa pintando y escribiendo —publicó en 2010 Armensallé del tejido y la escritura: manifiesto fenicio—, manteniendo siempre esa esencia de mujer libre que sus viajes por Europa y su contacto con la Revolución de los Claveles habían terminado de moldear.
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Inés Illán deja a sus hermanas, Concha y Esperanza (su hermana Lola falleció anteriormente), y a una extensa familia y amigos. El rito de despedida tendrá lugar este domingo a las 18:30 horas en la capilla del mismo tanatorio, donde será incinerada. Oviedo despide hoy a una mujer que nunca siguió el guion establecido, salvo el que ella misma escribió a base de libros y conciencia.
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