Carácter ejecutivo
JOSÉ MANUEL BALBUENA
Jueves, 4 de febrero 2021, 02:15
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JOSÉ MANUEL BALBUENA
Jueves, 4 de febrero 2021, 02:15
Esta legislatura en Asturias está siendo la de las mesas. Ojo, no las de la hostelería, ya que con la pandemia han quedado reducidas a ... nada, sino las políticas. Las tenemos de todos los tipos y problemas a resolver. El mecanismo de actuación es el siguiente. Ante una carencia en nuestro paraíso natural se monta una. Eso sí, siempre siguiendo el mismo patrón. Se invita a sentarse en la misma a cualquiera, tenga o no que ver con lo que se quiere tratar. Sea experto o no en la materia. La cuestión es que nadie falte. O sea, que la representatividad sea mayúscula, aunque, como digo, los comparecientes luego no sepan absolutamente nada del tema o si quiera les interese. Lo segundo, es que, normalmente, acaban siendo como una carta a los Reyes Magos. Un vademécum de peticiones a una instancia superior que nadie le hace caso. Dicho de otra forma: es plasmar en palabras lo que luego nunca se traduce en hechos. Al final, quien supuestamente debería reaccionar ante estas peticiones -normalmente, el Gobierno central o la Unión Europea- ni siquiera se entera o se las pasa por el forro. Es lo que está sucediendo continuamente en nuestra Asturias patria querida, ante unos problemas que son como el 'día de la marmota': se repiten una y otra vez. El carácter ejecutivo brilla por su ausencia. Insisto, solo hay palabras, no hechos.
Vean si no los siguientes ejemplos. Se acaba de resucitar la Alianza por las Infraestructuras. Una mesa creada por el anterior Gobierno de Javier Fernández y que pretendía unir fuerzas. Esto es, reivindicar ante Madrid las obras pendientes más urgentes. Está formada, nada más y nada menos, que por 17 organizaciones. A la postre, patronales, sindicatos, cámaras de comercio, asociación de consumidores, transportistas, partidos políticos... y un señor de Murcia que pasaba por ahí. El resultado se sabe de sobra cual será: ninguno. El Gobierno de Pedro Sánchez ni se molestará en leer el documento. Exactamente lo mismo que la Alianza por la Industria, donde se cerró un acuerdo la semana pasada con 15 entidades. Eso sí, todos los firmantes salieron dudando de su eficacia. La ministra de Transición Ecológica, la maravillosa e increíble Teresa Ribera, ni lo va a mirar. Lo mandará directamente a la papelera. A una señora que se pone de los nervios al ver una chimenea, le van a hablar de compensar los costes por las emisiones de CO2. Podemos esperar sentados a que nos haga caso.
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