Los heridos desconocen el alcance de la tragedia minera para que «no sufran más de lo que ya están sufriendo»
Sergio Fernández, de 36 años y vecino de Degaña, permanece extubado en la unidad de cuidados intensivos del HUCA, donde también está ingresado Abel García, de 50 años y natural de Villablino, por daños graves en una pierna que precisan cirugía ·
Cuentan en Degaña, donde reside, que Sergio Fernández Méndez, de 36 años, es «un nenu fuerte, duru». Por eso, su entorno confía en que «seguro ... que saldrá adelante» tras la explosión registrada el pasado lunes en la mina de Cerredo. Ese día era trasladado al HUCA en ambulancia con un politraumatismo severo que le mantiene ingresado en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Universitario Central de Asturias, donde los médicos le han extubado ante su evolución favorable.
Con Sergio, también permanece en al UCI del complejo hospitalario asturiano Abel García Miñán, minero de 50 años y natural de Villablino, que presenta una fractura muy grave en una pierna y daños importantes en los tejidos alcanzados por la explosión de grisú y el derrumbe de hulla. En el caso de Abel, que fue evacuado en un helicóptero medicalizado, aún tiene que pasar por quirófano, ya que las secuelas del siniestro requieren de cirugía.
«Ha sido un shock para todo el pueblo, imagínate cómo están ellos», comentan quienes les conocen y siguen su evolución muy de cerca. No andan desencaminados y, de hecho, sus familias no han querido contarles todavía el verdadero alcance de la tragedia minera de Cerredo. Sergio Fernández, en concreto, desconoce que han fallecido cinco compañeros, aunque «se lo imaginará» a la vista de la brutal explosión que tiñó de luto el Principado y León, provincia de la que proceden la mayoría de los afectados.
Lo hacen para que «no sufra más de lo que ya está sufriendo» en este proceso «tan doloroso», a nivel físico y emocional. Testigos y allegados explican que Sergio consiguió salir de la mina, arrastrándose en la oscuridad entre el escombro. Cuando le auxiliaron los servicios de emergencia se encontraba «muy desorientado» y con contusiones «por todos lados». En definitiva: «Que se salvó de milagro».
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Su testimonio será crucial para determinar lo sucedido. Las investigaciones están en curso, pero ni la Policía ni las autoridades que se encargan de dirimir lo sucedido les han tomado declaración todavía. Habrá que esperar a que su situación mejore, porque, si bien permanecen estables y su evolución es positiva, las heridas sufridas son graves.
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