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Sin acritud

Un ejemplo de ADN Sporting

Manuel Rosety

Gijón

Martes, 15 de julio 2025, 02:00

Se nos fue Medina, uno de los sportinguistas más legendarios de la historia de este Real Club. Armando Menéndez Medina fue un prototipo del ADN ... Sporting. Aunque dio sus primeros pasos en el Furia, equipo de su barrio, La Calzada, y la Carreñina, el Sporting lo fichó con 18 años, antes de ser cedido al Pelayo y pasar por el Moreda. El club rojiblanco fue su pasión.

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Su cariño por el Sporting le venía de familia. Solía recordar como anécdota que su nombre de pila se le puso en recuerdo de Armando Quirós, un defensa de los años 30 que destacaba por su intensidad en el juego.

Medina empezó como centrocampista y algunas veces de interior, más adelantado, para acabar de defensa lateral. Tenía un potencial físico envidiable, que le permitía superar a los rivales. Si llega a disputar competiciones con el número actual de partidos, es posible que hubiera logrado el récord que está en poder de Joaquín.

Tras dejar el fútbol rehusó seguir como técnico. No se veía con carácter para estar en un banquillo, pero era asiduo en El Molinón. Podía presumir de pagar cada temporada los cuatro recibos familiares, pese a que entonces tenía un carné de ex jugador que le permitía al acceso al campo. Mantuvo esta condición hasta que la edad le aconsejó una vida tranquila, porque en los partidos se ponía muy nervioso. Hace unos años, en la etapa de Javier Fernández, se le invitó a ir al palco, recuerdo que se intentó hacer con algunos ex futbolistas veteranos, pero declinó acudir porque iba a sentirse mal, sobre todo si su equipo perdía.

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Medina contaba numerosas anécdotas. En sus inicios, Cholo Dindurra y Sánchez le captaron para estar en su grupo. Era un crío que tenía un gran respeto por los veteranos. Luego se enteró que lo querían en su mesa porque los mayores tenían así ración doble de vino en las comidas, ya que el no bebía alcohol. En los prolegómenos de una visita del Real Madrid, el gijonés se desplazaba al campo en bicicleta y con Rionda casi atropellan a varios jugadores madridistas, quienes luego se mofaban de su forma de desplazarse a los partidos de casa. La respuesta fue ganar. En su trayectoria fue un jugador importante en el ascenso de 1957. También sufrió etapas complicadas, con un descenso a Tercera evitado al ganar el Torneo de Palma, en una época difícil.

Armando Menéndez Medina fue uno de los impulsores de la Asociación de Veteranos y en su época se creó la costumbre de premiar cada año a un exjugador con la insignia de oro del colectivo. En su etapa, la asociación tenía una amplia actividad social.

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Como futbolista, Medina dejó una destacada historia escrita durante dieciséis temporadas. Como persona dejó una legión de amigos. Era un hombre sencillo, agradable y muy apreciado. Generaba cariño y tenía un profundo orgullo por todo lo que le sonaba a Gijón y, sobre todo, al Sporting. El sportinguismo ya le echa de menos.

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