Hoy le toca el turno de oratoria a Rubén Albés, como cada viernes antes partido del Sporting. La pasada semana, con los últimos preparativos del ... viaje a Burgos, el míster dedicó casi más tiempo a responder preguntas sobre jugadores del segundo equipo que del importante choque de El Plantío.
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El técnico vigués tiene fama de funcionar con buen humor, a veces sarcástico. El último viernes dijo que Mareo funciona bien. No se le notó que fuese una guasa de las suyas, porque no se le movió ningún músculo facial. Ni siquiera una tímida sonrisa. Se daría cuenta luego, cuando hizo alusión a lo opina de lo que tiene a disposición en el filial. O, mejor dicho, lo que no tiene.
Si quiso echarle un capote a Óscar Garro, director de Mareo, no tuvo efecto. El desprestigio del técnico madrileño y sus principales subalternos es monumental por el desmantelamiento de la cantera, lo que está a la vista de todos los que tienen un mínimo interés en ver los resultados de un trabajo coordinado por incompetentes. El patrón Irarragorri sabrá mucho de empresas, pero de fútbol, sobre todo del de base, ni repajolera idea. Y los que lo rodean en la cúpula tienen el mismo nivel o inferior.
En cualquier caso, las palabras del técnico gallego tuvieron impacto en el Sporting Atlético, del que suele ver los partidos en vídeo, porque hubo reuniones para cambiar planes de alineaciones. Mareo funciona a impulsos. No es un método profesional, pero es lo que hay.
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El cometido prioritario de Albés es el primer equipo. Lo está haciendo muy bien. Estar en el segundo puesto, aunque el Levante tenga dos partidos menos, es un mérito destacado. Pese a las limitaciones de la plantilla, la línea del Sporting esta temporada es esperanzadora, con detalles que enseñan un equipo trabajado.
Mañana viene el Granada. Tuvo un mal inicio, pero recondujo su situación, no sin dificultades. En las tres últimas jornadas sumó dos derrotas y un triunfo certificado en los minutos de prolongación. En cualquier caso, tiene un equipazo, con poso de Primera, si bien cada partido es diferente y de nada valen las estadísticas precedentes.
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Albés pierde a Diego, previsiblemente hasta enero, pero recupera después de tres semanas a Bernal, superada una molestia muscular en una cadera. Queda pendiente Curbelo, que lleva más de un mes y medio de baja, más de lo que se esperaba. 'Nunca pasa nada' es una frase atribuida a Vicente Miera en situaciones complicadas. El Sporting va a jugar con once y el técnico gallego tendrá dudas para elegir. Para la zaga tiene a Maras y Róber Pier, más el trabajo espectacular de Olaetxea, de cuya renovación no se habla, cuando es un peón de equipo muy interesante.
Ante el Granada se espera un buen partido, con una grada entusiasmada. Como siempre, el primer espectáculo es ganar. Si puede ser con fútbol rápido y vertical, mejor. Albés nos hablará hoy del partido de mañana. Ahora es lo único que importa.
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