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Interior de la Bolsa de Madrid. EFE

Un nuevo curso bursátil

Tan solo 129 empresas se pueden comprar y vender en Bolsa, mientras que hace una década eran 155 compañías, de ahí la importancia de impulsar la competitividad del mercado español

Domingo, 7 de septiembre 2025, 02:00

Comienza septiembre y también el nuevo curso académico. Los profesores, más que en años naturales, medimos la vida en cursos académicos o, al menos a ... mí, me sucede. Surgen nuevos retos con cada noveno mes del año. También se inicia el 'curso bursátil' y, en este, los retos son, desde hace unos años, los mismos: tratar de sobrevivir e intentar crecer. La autoridad bursátil me solicitó hace un tiempo la elaboración de un informe para intentar incrementar el número de cotizadas en un mercado como el español, cada vez más apocado. Y lo hice a través de un contrato con la FUO (Fundación Universidad de Oviedo) en el año 2021. Está a su disposición en: https://www.bolsasymercados.es/dam/descargas/estudios/como-hacer-bolsas-atractivas-empresas-es.pdf.

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Lo que allí yo aconsejaba y el conjunto de medidas que proponía en mi análisis se repiten y proponen desde entonces. No obstante, hay elementos que dificultan su implementación. Por otro lado, no es este un problema exclusivo de la Bolsa española, aunque no deba ser consuelo.

El mercado de valores nacional, al igual que otras plazas financieras, sufre una triple crisis: reducción del número de empresas cotizadas, caída del volumen de negociación y una presencia cada vez más reducida de los pequeños inversores. De hecho, la compra de acciones por parte de los pequeños inversores es cada vez más reducida y las OPI (ofertas públicas iniciales), como mecanismo de salida a Bolsa, brillan por su ausencia. Es más, el número de empresas españolas cotizadas es el más bajo de los últimos 25 años. Y no solo no salen más empresas a cotizar en Bolsa, o muy poquitas, sino que algunas de las que estaban negociadas optan por deshacer el camino y abandonar el mercado de valores. Ante esto, el propio presidente de la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores), Carlos San Basilio, ha reconocido que la situación no es buena. En absoluto lo es porque esta problemática no solo afecta a la Bolsa española, sino a la propia economía y a la capacidad de financiación de las empresas. Para hacer frente a ello, la Bolsa ha puesto medidas en marcha, pero si no logran dar con la cura, la crisis bursátil española irá en aumento. Según el presidente de la CNMV, el problema básico es que los mercados de renta variable no se han desarrollado lo suficiente en la última década. La situación actual es que tan solo 129 empresas se pueden comprar y vender en Bolsa, mientras que hace una década eran 155 compañías. A la reducción en el número de cotizadas se ha unido el desplome en la contratación de valores que desde los máximos registrados en 2017 no ha hecho más que reducirse. Esto ha llevado a una caída del peso del valor bursátil de las cotizadas sobre el PIB del 56% al 48% en una década frente al fuerte incremento registrado en el mercado estadounidense, donde alcanza ya el 213%: una situación bien distinta.

Bolsas y Mercados Españoles (BME), el gestor del sistema, presentó hace un año y medio un libro blanco con 56 medidas para impulsar la competitividad del mercado español. El camino de implementación es lento y, de todas las reivindicaciones puestas sobre la mesa, se está trabajando mucho en dos de ellas: facilitar el proceso de salidas a Bolsa y la creación de vehículos de inversión a largo plazo con una fiscalidad favorable. De hecho, BME ha propuesto una medida que, en mi opinión, puede ser muy positiva. Junto con la CNMV, promueve una nueva modalidad para que las empresas salgan a Bolsa de forma más sencilla y flexible: se denomina BME Easy Access. Esta nueva vía de acceso a los mercados regulados se caracteriza por reducir el riesgo de ejecución de la operación pública de venta (OPV), aportar flexibilidad para que las compañías elijan su momento más adecuado, separar los trámites formales del proceso de salida y permitir la admisión a negociación sin distribución accionarial mínima.

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Este nuevo procedimiento permitirá la admisión directa de las acciones en los mercados regulados sin la exigencia de obtener una distribución mínima con carácter previo a la admisión y, de este modo, el proceso de salida a Bolsa quedaría separado de las circunstancias macroeconómicas y de liquidez de los mercados, lo que favorecería la planificación de las empresas y evitaría el riesgo de que circunstancias ajenas a la compañía frustren la salida a cotización. El impulso de esta iniciativa tiene que ver con que del total de las empresas que quieren salir a cotizar, el 50% se queda en el camino, ya sea por razones geopolíticas –como las vividas en los últimos años– o de otra índole.

Con esta vía de admisión y negociación, España se convertirá en el primer país en permitir esta nueva modalidad y adelantaría así algunas medidas contempladas en la 'Listing Act' aprobada por la Unión Europea para revitalizar los mercados públicos y cuya entrada en vigor en su totalidad por parte de los Estados miembros está fechada para mitad de 2026. Y es que esta situación ha forzado a las Bolsas europeas a transformarse por necesidad. En todo caso, hay un objetivo claro que Draghi y Letta señalaron hace un tiempo: es preciso que Europa construya un auténtico mercado de valores y lograr la Unión de Mercados de Capitales (UMC), una tarea que se viene demorando años. Confiemos, como europeos, en lograrlo, si no es en este nuevo curso, en sucesivos.

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