El agresor de los canónigos de la Catedral, a la espera de pasar a disposición judicial
Las víctimas, José María Hevia, Manuel Ángel Acebal y el sacristán, sufrieron contusiones y cortes por los golpes con un paraguas
El detenido por la agresión a dos canónigos de la Catedral y a un sacristán, con quienes la emprendió a paraguazos tras la misa de las seis y media de la tarde de San Mateo en la sacristía de la basílica, continuaba este miércoles en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía a la espera de pasar a disposición judicial.
Publicidad
El presunto agresor penetró en la sacristía, tras el acto, protestando que le habían negado la comunión. En un primer momento, el padre Manuel Ángel Acebal, que había estado de confesor durante la eucaristía, trató de calmar al hombre y explicarle que la sagrada forma se entregaba en la mano por razones sanitarias, pero no logró que entrase en razón y muy alterado le propinó un empujón que tiró al suelo al canónigo. En ese momento, llegó el sacristán, que intentó frenar al agresor pero recibió varios golpes con el mango del paraguas, uno de los cuales le causó una brecha en la región occipital. Con el mismo fin, el padre José María Hevia, que había sido el celebrante, acudió a la sala y logró agarrar el mango del paraguas con el que el agresor intentaba golpearle. En el forcejeo, el puño se desprendió y el agresor acometió a Hevia con el bastón de metal, lo que le causó un profundo corte en la frente. Los dos heridos tuvieron que ser atendidos en el centro de salud de La Lila.
La Catedral estaba prácticamente vacía a esa hora, tras la última celebración eucarística del día. No había más personas que los canónigos, el sacristán y el organista, Guillermo Martínez, que al conocer lo sucedido salió en busca del agresor: «Lo vi caminando hacia Porlier y avisé a la Policía, que ya había llegado. Dos agentes le interceptaron y otros dos se acercaron a la ambulancia», donde los sanitarios hacían una primera evaluación de los heridos. Molesto con algunos comentarios en internet, Martínez se preguntaba este miércoles que dirían «si fuesen tres personas mayores de su familia o cercanas las que fueran golpeadas y acabasen sangrando». El detenido, que padece una enfermedad mental, explicó a los agentes que no le habían gustado la eucaristía ni la homilía y que le habían negado el sacramento por toda razón de la agresión.
Puertas abiertas
El personal que trabaja en la Sancta Ovetensis mostraba su consternación por lo sucedido. Recordaban que Chema Hevia está recién recuperado de una intervención quirúrgica y mostraron su alivio porque no hubiese heridos graves. También recordaron que «la Catedral siempre está abierta y entra mucha gente todos los días, algunos con problemas».
Fuentes de la Policía Local explicaron que durante las fiestas no es extraño que personas que tienen problemas de salud mental tengan comportamientos anómalos y, en ocasiones, conflictivos. De hecho, los agentes realizaron varias intervenciones de este tipo durante los últimos días festivos.
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión