Un barrio con espíritu de pueblo
Colloto cuenta con más de 3.000 vecinos ovetenses, en una zona donde abundan los llagares y en la que viven «como una piña»
COVADONGA DEL NERO
Lunes, 18 de julio 2022, 00:45
Colloto es ese barrio que nació como pueblo pero que en apenas unas décadas se convirtió en una zona asfaltada, edificada y repleta de negocios para los más de 3.000 vecinos que componen actualmente la zona del barrio que pertenece a Oviedo. Y es que tiene la peculiaridad de pertenecer a dos concejos: Oviedo y Siero. El Colloto ovetense se encuentra tras una pequeña desviación a la altura del polígono del Espíritu Santo, por el Camino Real hasta el número 50 de esta misma calle -coincide con una sucursal de la Caja Rural de Asturias-. Además, su otro límite se encuentra en la calle Luis Suárez Ximielga, donde comienza el municipio sierense.
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Para quienes forman ese Colloto que aún es capital, en palabras de Nuria Cuartas, vecina desde casi toda su vida, «vivimos siendo una piña, somos muy 'collotones'». No han perdido ese espíritu del pueblo que fue, en su día, cuando, tal y como recuerdan sus propios vecinos, no era más que charcos, cuadras y casas de aldea. En los años 80, principios de los 90, del siglo pasado, comenzó la urbanización de la zona, con la construcción e instalación de aceras, bancos, parques, farolas e iluminación, y una larga lista de etcéteras.
Así, en los primeros edificios levantados, comenzaron a comprar los propios vecinos del pueblo que ya vivían por aquel entonces en sus casas. Fue creciendo poco a poco, siempre hacia adelante, hasta convertirse cada vez en más barrio. Aunque sí es cierto que en parte, muchos lo utilizan de pequeña «ciudad dormitorio», su ambiente y cercanía no distan mucho de la de ese ADN rural que aún atesora.
En la actualidad, cuenta con multitud de instalaciones municipales, como el polideportivo, dos canchas, el parque de Rafael Cuartas -con aparatos gereontológicos-, piscinas y centro social. También se inauguró hace relativamente poco el parque de El Rilu, así como la iglesia nueva. Pero si por algo es conocido es por su ambiente llagarero.
Tampoco le faltan conexiones. La frecuencia de autobuses permite estar en el centro de Oviedo en apenas unos minutos, al igual que las salidas por autopista. Eso sí, ante el paulatino crecimiento, son necesarios más espacios de aparcamiento.
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«Colloto ha cambiado radicalmente, antes era todo prau»
Tras años trabajando como empleado, Herminio Alonso encontró el amor con la que sería, posteriormente, la madre de sus dos hijos. Así, Alonso terminó viviendo en Colloto y por aquel entonces «todo era prau, tierras y pequeñas viviendas». Corría el año 1943 cuando decidió dar el salto y comenzó a elaborar sidra, hasta terminar en el local que ocupa hoy Llagar Herminio, en la calle Camino Real, de este barrio ovetense. En la actualidad, son José Luis y Herminio, hijos del fundador, quienes tomaron el testigo de sus padres y se encargan tanto de la sidrería como de la bodega.
José Luis Alonso recuerda cómo, tras toda una vida en Colloto, «ha cambiado radicalmente». Rememora, en aquellos primeros años, una zona «totalmente despoblada, con apenas unos cuantos vecinos». Pero poco a poco, la urbanización también llegó a Colloto. «Empezaron a construir edificios, las calles, la iluminación y acabaron llegando nuevos habitantes», recuerda Alonso.
De hecho, a día de hoy son ya casi 4.000 vecinos, pero «seguimos conociéndonos la mayoría». «Recuerdo que alrededor todo eran tierras, y ahora es una pequeña ciudad; un barrio en condiciones», con multitud de servicios, sin apenas faltar de nada. «Colloto ha ido variando con los años, pero sin duda mantiene todas sus ventajas», indica, seguro de conocer su «Colloto de siempre». Y una de las principales ventajas que destaca José Luis Alonso es, precisamente, «la inmensa cantidad de llagares y sidrerías que hay aquí; nunca un cliente se queda sin sitio».
Además, la cercanía con la naturaleza y con los accesos de la ciudad lo hacen situarse en un lugar «privilegiado» para sus vecinos, que pueden disfrutar de las vistas que no permiten otros muchos barrios de Oviedo. Colloto, además, es uno de esos barrios que cuentan con negocios «eternos». Sin ir mucho más lejos, cuenta con la panadería Muíz, que abrió sus puertas allá por 1945.
«Es una zona muy agradable donde nos conocemos todos»
Con la llegada del verano, Jesús Ángel Viñarríos puso el foco en su espíritu emprendedor y, tras buscar locales y espacios donde abrir su negocio, tomó la decisión de que el lugar idóneo era, sin dudarlo, en la calle Luis Suárez Ximielga, en Colloto. Forma parte de Oviedo, pero en el límite del municipio, algo que, para el tatuador, «era perfecto para este tipo de establecimiento». Es decir, «Oviedo cuenta con multitud de estudios de tatuajes y creo que North Tattoo tenía un espacio perfecto en Colloto, donde es el único estudio».
Así, el 23 de junio -ni siquiera ha cumplido su primer mes de vida- Viñarríos abrió el local. Escogió la zona porque «los locales en compensación calidad-precio son perfectos y porque mis suegros viven aquí y ya conocía algo del barrio», destaca el tatuador. Una zona que, para él, «es como un pueblo, nos conocemos todos y es muy agradable trabajar y vivir aquí», sostiene, si bien no es vecino. Eso sí, «la conozco bien».
«Al ser como un pueblo, todo se habla y todos conocemos los negocios y las cosas buenas gracias a que la información va de boca en boca», asegura el tatuador. «Ni siquiera llegamos a los 4.000 habitantes y eso facilita mucho la manera de relacionarnos como barrio», además de contar con gran parte de los llagares de la ciudad y estar «a escasos minutos del centro comercial por excelencia de Asturias». También las salidas por autovía «están aquí, por lo que podemos salir en cualquier dirección, así como llegar al centro de Oviedo en pocos minutos».
«Tenemos la suerte de pertenecer a dos municipios, Oviedo y Siero, lo que hace que tengamos más actividad que la mera vida del barrio», explica Jesús Ángel Viñarríos. También asegura que, aunque necesitarían más, «las plazas de aparcamiento son mejores que los del centro de Oviedo: es zona blanca y no tienes que dar tantas vueltas para encontrar uno». En definitiva, cree haber acertado de lleno instalando su estudio en Colloto.
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