Una explosión de gas provoca un incendio junto a la Catedral de Oviedo

Un incendio registrado a última hora de la tarde de este lunes ha generado una gran alarma en el centro de Oviedo. El fuego se originó a escasos metros de la Catedral, en el número 3 de la calle del Águila, en el conocido establecimiento La Belmontina, al parecer a causa de una explosión de gas en la cocina, que está en la planta de arriba, según fuentes de la Concejalía de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento.

La Policía Local fue la primera en llegar al lugar, donde poco a poco comenzaron a aglomerarse los curiosos, poco después de las 21 horas. Acto seguido lo hicieron los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) de Oviedo, que acudieron tras recibir el aviso. El incendio provocó una intensa humareda, visible desde diversos puntos del centro y El Antiguo y especialmente desde la plaza de la Catedral y La Escandalera, donde ya se notaba un fuerte olor a humo a los pocos minutos de la explosión.

El humo se extendió a la hospedería contigua y al patio de luces, ennegreciendo ventanas y todo a su paso. Los daños materiales más importantes se produjeron en La Belmontina, aunque no en el resto. El humo alcanzó incluso el patio interior de la Gran Taberna. Los bomberos tiraron agua desde el edificio del Ilustre Colegio de Abogados de Oviedo para sofocar las llamas y, a pesar de lo espectacular del suceso, informaron las mismas fuentes municipales, no se han registrado heridos.

Los equipos de emergencias continúan trabajando en la zona. Los daños materiales más importantes se registraron en La Belmontina, un local que lleva abierto desde 1954. El edificio, que data de 1800 tiene varios pisos reformados en su interior, algunos de ellos viviendas vacacionales. El dueño del inmueble, Alejandro Padilla, observaba a los bomberos trabajar con gesto preocupado. «Lo acabo de reformar», comentó, hace tres años. «Yo salí a bajar la basura y lo vi y le hablé a mi hija para decirle que saliera de ahí».

Mientras tanto, ella, tras escuchar dos fuertes explosiones, se asomó a la ventana para ver qué pasaba desde una de las viviendas. Vio el humo y a la gente que estaba en la calle gritándole que saliese de ahí. «La ventana que da al patio interior estaba completamente negra; bajé por las escaleras y piqué a las puertas para que la gente saliera de los pisos», comentó Ángela Padilla.

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