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El letrado Manuel Belinchón, a la izquierda y de espaldas, con dos de los jóvenes investigados. ALEX PIÑA

Los jóvenes del 'caso de la manada' de Oviedo declararán que las relaciones fueron consentidas

Alegarán eso «siempre que se demuestre que ha habido relaciones sexuales», dicen tras evitar responder a la jueza por la presunta violación grupal

A. ARCE

OVIEDO.

Jueves, 3 de febrero 2022, 00:46

La jueza del Juzgado de Instrucción número 4 de Oviedo recibió ayer silencio por parte de los cuatro investigados, de entre 18 y 24 años, denunciados por agredir sexualmente, supuestamente, a dos chicas tuteladas por el Principado, de 16 y 17, en un piso de la calle Jesús de El Antiguo en la noche del 7 de agosto de 2020. Los jóvenes, todos ellos de diferentes nacionalidades, estaban llamados a la declaración indagatoria; sin embargo, se acogieron a su derecho a no declarar, tal y como confirmaron después a este diario fuentes del caso, por «falta de pruebas». A priori, no hablarán hasta que se aporten los últimos informes psicológicos y la declaración de veracidad del testimonio de una de las menores (la otra ha faltado a su cita con el tribunal hasta en tres ocasiones y aún no ha ratificado su denuncia).

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Entonces, lo que defenderán será que las relaciones «fueron consentidas siempre que se demuestre, en todo caso, que efectivamente hubo relaciones sexuales», sostuvieron las mismas fuentes.

En un piso

Los hechos denunciados ocurrieron, presuntamente, a última hora de la noche del 7 de agosto de hace dos veranos. Tras una tarde de botellón en el Pura Tomás, ambas terminaron en casa de A. B. N. ('La Soga'), dominicano de 24 años; junto a J. D. C., ('Carmona') colombiano de 21; S. A. B. A. ('El Moro'), argelino de 20; y L. N. N. ('Nicu'), rumano de 18. En su relato inicial, las chicas detallaron la brutalidad de las relaciones sexuales en las que una terminó con una zapatilla de deporte en la boca y su amiga, agarrada por el cuello.

Por lo pronto, la de 17 años, que sí ratificó su denuncia, explicó que aquella noche «empecé a gritar al principio, pero me metieron un playero en la boca y no podía pedir socorro»; «ellos se estaban riendo, y cuando acabaron fueron al baño a cambiarse para salir de fiesta». Supuestamente, dos de los cuatro habían perpetrado la violación mientras los otros dos se masturbaban. Continúa en tratamiento psicológico.

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