«Desde temprano ya ve se gente en la calle»

Bermúdez de Castro es una calle de Oviedo que respira vida de barrio y comercio diario. No presume de glamour, pero sí de cercanía. En sus aceras reformadas recientemente se mezclan negocios con historia y nuevas apuestas que buscan hacerse un hueco entre la clientela fiel que recorre este tramo del mapa urbano ovetense. Tiendas que han resistido décadas, otras que apenas empiezan, y todas con algo en común: la voluntad de permanecer.

Marga Torralbo es un nombre que ya forma parte del ADN de Bermúdez de Castro. Su tienda lleva 32 años en el mismo sitio. Ha visto pasar generaciones de vecinos. «Aquí cambian muchos locales de dueños, sí, pero yo estoy bien. Mi negocio va bien», afirma con serenidad. Reconoce que la reforma de las aceras ha sido positiva: «Se camina mejor, hay más paso, más luz. Y mi clientela es fija». Cuenta que el perfil del consumidor ha cambiado: ahora son matrimonios jóvenes los que entran buscando pan integral, sin sal, y productos adaptados a los gustos y necesidades actuales. «Incluso para los niños, que es lo que se recomienda ahora», dice. Y remata, con una sonrisa: «Aquí tienes de todo. Así que mi jubilación será aquí. Además, es una calle con muy buen ambiente».

Leticia Amato está al frente de La tienda de Nana desde hace apenas dos meses y medio. Ha tomado el relevo de la conocida librería Santullano, que cerró hace poco. «Al principio costó que viniera gente. El cambio de nombre despistó, pero ya vamos notando más afluencia», explica. Amato ya conocía el barrio y sabía que la zona tenía potencial. Su tienda combina copistería, papelería y pequeños detalles. Y, aunque podría parecer un negocio para jóvenes estudiantes, su clientela es en su mayoría mayor: «Abuelos que compran material escolar para sus nietos y sobre todo copias». Agradece el buen transporte de la zona: «Pasan muchos autobuses por esta acera y eso trae gente que viene a hacer la compra a distintas tiendas de esta misma calle».

La tienda de ropa de segunda mano en la que trabaja Mariana Toledo lleva dos años en la calle. Brasileña de nacimiento y entusiasta del comercio local, Mariana ha sabido aprovechar el creciente interés por la moda sostenible. «Abrimos de 10 a 20, pero desde las 7 ya se ve gente por aquí. Siempre hay movimiento. Y en verano, los vestidos son lo más buscado», cuenta. La tienda no para, y eso lo atribuye también a la buena iluminación de la calle y al flujo continuo de viandantes. «Hay vida en la calle, eso es importante, que pase gente y sepa que estamos aquí con la tienda», dice. Para ella, estar en Bermúdez de Castro es estar «en el sitio justo» donde lo moderno y lo tradicional se cruzan sin pisarse.

Carmen Rodríguez trabaja desde hace siete años para la emblemática tienda de productos asturianos Rialto. Pese a que la tienda lleva cinco años en la calle Bermúdez de Castro su trayectoria se remonta a más de dos décadas: «Estuvimos 30 años en la calle Velázquez, pero el local se nos quedó pequeño. Hace cinco años nos mudamos aquí, a Bermúdez de Castro, y fue un acierto». Las moscovitas son el producto estrella. Pero también destaca el papel del turismo, que ha aumentado en la zona. «No tanto como en nuestra tienda del Oviedo Antiguo», advierte, «pero aquí sí se nota más gente que entra. Además, en esta calle puedes venir en coche, y eso ayuda».

Una calle con pasado, presente y futuro.

• Temas
• Oviedo
• Mi negocio en la calle