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La casa rectoral del Naranco. Mario Rojas

Oviedo deniega la licencia al Arzobispado para crear un centro de visitantes del Prerrománico en el Naranco

El área de Licencias Urbanísticas emite un informe desfavorable y recuerda que el edificio, en ruina, se encuentra «fuera de ordenación»

Alberto Arce

Oviedo

Martes, 19 de agosto 2025, 06:23

La casa rectoral del Naranco, un edificio en avanzado estado de ruina propiedad de la Iglesia a unos pocos cientos de metros de Santa María ... y San Miguel de Lillo, en Oviedo, ha vuelto a sufrir un nuevo varapalo. En esta ocasión, el área de Licencias Urbanísticas del Ayuntamiento ha denegado al Arzobispado la licencia solicitada para convertir el inmueble en un 'espacio de acogida y atención de visitantes de los monumentos del Prerrománico', tal y como viene recogido en la documentación presentada al servicio, a la que ha tenido acceso EL COMERCIO. El Consistorio deja claro que la edificación se encuentra al margen de la normativa al estar en un supuesto de «fuera de ordenación» hasta que un hipotético plan especial regularice su situación, incluida en un ámbito de suelo no urbanizable destinado a zonas verdes y parque.

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Los planes de la Iglesia para la parcela estaban claros. Reestructurar la casa rectoral y la urbanización de la parcela en la que se encuentra. Obras, por un lado, para solventar las patologías del edificio y, por otro, para destinarlo a la actividad de acogida y atención de visitantes, cada vez más numerosos por el creciente impacto turístico en la capital asturiana. Lo cierto es que en la actualidad el edificio se encuentra en muy mal estado de conservación y ha sido vandalizado en numerosas ocasiones. Actualmente, uno de sus accesos se encuentra abierto y deja ver la ruina interior de la edificación.

Las obras preveían la demolición de forjados y la ejecución de otros nuevos, la sustitución de la cubierta, la apertura de nuevos huecos en la fachada, la sustitución de las carpinterías exteriores, el cambio de posición de las escaleras y una completa redistribución de espacios. Todo, por un presupuesto estimado de algo menos de 230.000 euros.

El estado interior de la edificación. Mario Rojas

El Arzobispado había solicitado la licencia de obras el pasado 8 de mayo. Completaban la petición un proyecto básico y de ejecución para la restauración y rehabilitación del edificio, un plan de control de calidad, así como diversos estudios y material descriptivo del inmueble. El área de Licencias, en su informe, recordó que la parcela se encuentra en el entorno de protección de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, y que todas las intervenciones que se realicen sobre el entorno de protección de un BIC requieren autorización por parte de la Consejería de Cultura. Eso, y que «las obras propuestas exceden de las permitidas» para edificios en su situación. En resumen, el informe ha sido desfavorable.

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Ahora bien, el Consistorio deja claro que la resolución no entra a valorar la actividad «que se pretende implantar en la edificación, puesto que las obras necesarias para dicha implantación no resultan admisibles». El Arzobispado, por su parte, podrá volver a presentar la documentación y justificaciones que considere oportunas para tratar de continuar con el proyecto.

Una larga historia

La historia de la casa rectoral del Naranco viene de largo. Tanto, que se remonta varias décadas atrás, aunque fue hace justo diez años cuando comenzó su periplo actual. En 2015, el Arzobispado presentó ante el Ayuntamiento un proyecto de rehabilitación del edificio como vivienda unifamiliar de 189 metros divididos en semisótano, planta baja, primera planta y bajo cubierta. Un inmueble que estaría formado por tres dormitorios, cuatro baños, almacén, lavandería y dos garajes, y que tendría un alto valor de mercado. No obstante, en 2017, durante el gobierno del tripartito de izquierdas que lideraba el PSOE junto a Somos e IU, tanto el Consistorio como el Consejo de Patrimonio Cultural denegaron el permiso de obra argumentando la protección del entorno de los monumentos.

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Dos años después, en 2019, el Arzobispado presentó sendos recursos, primero ante el Contencioso y posteriormente ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), que no prosperaron, y fue durante el mes de abril del pasado 2021 –con el Partido Popular y Ciudadanos al mando del gobierno local– cuando se puso sobre la mesa la posibilidad de convertirlo en un espacio con algún tipo de vinculación a los monumentos, en este caso como un lugar de acogida para los visitantes del Prerrománico ovetense.

Las respuestas; sin embargo, llegaron un año después. Primero, un acuerdo de la Comisión Permanente de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA) con fecha del 13 de enero dejó claro que la parcela, clasificada como sistema general de espacio público en suelo no urbanizable del monte Naranco destinado preferiblemente al uso forestal, está incluida en un ámbito de ordenación y gestión de iniciativa pública «cuya tramitación y gestión no ha sido iniciada»: un plan especial.

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La CUOTA advirtió entonces que «la edificación se encuentra dentro del supuesto de fuera de ordenación hasta que el plan especial determine expresamente su compatibilidad con la nueva ordenación».

Respuesta de Cultura

A finales de agosto de ese mismo año llegó el pronunciamiento de la Comisión Permanente del Consejo de Patrimonio Cultural del Principado de Asturias. Aunque manifestaba la recomendación de demoler y, en su defecto, la necesidad de no rehabilitar la casa rectoral, no puso demasiadas pegas al proyecto, condicionándolo, eso sí, a que el inmueble «tenga como único destino los usos vinculados al equipamiento cultural de los monumentos de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, de acuerdo con la naturaleza urbanística de equipamiento que se ha reconocido a este bien inmueble».

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