Los Reyes Magos se dan un baño de masas en Oviedo
Melchor, Gaspar, Baltasar y sus 1.850 figurantes protagonizan una Cabalgata «que bate todos los récords» para 70.000 personas
E. C.
Oviedo
Domingo, 5 de enero 2025, 21:29
El cielo nocturno estaba casi despejado, pero poco importaba que hubiese sido justo lo contrario, porque la gran Cabalgata de Oviedo, tal y como había anunciado la concejala de Festejos, Covadonga Díaz, iba a salir sí o sí. Cerca de dos horas en las que los 1.850 figurantes acompañaron a los Reyes Magos en uno de los baños de masas más multitudinarios que Melchor, Gaspar y Baltasar, siempre asistidos por David González, director de Sekuens; el coronel Juan Luis González, delegado de Defensa en Asturias, y el sociólogo Prince Kennedy, podrán recordar en la capital asturiana.
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El concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado cifró en «unas 70.000 personas» la asistencia de público. La intensa lluvia de la edición del año pasado obligó a que en esta ocasión se estrenasen carrozas, más modernas y repletas de luces led, de nuevo tiradas por caballos; las obras de peatonalización del eje de Mendizábal, Pozos y Ramón y Cajal, a sustituir ligeramente el recorrido tradicional, eliminando el paso por Fruela para ir directamente hacia la plaza de la Catedral por las calles San Francisco y Eusebio González Abascal. La ciudad cumplió y los niños, llegados desde todas partes de Asturias y algunos, de vacaciones con sus familias procedentes de otros puntos del globo, no fallaron a su cita con Sus Majestades de Oriente antes de la que es la noche más mágica del año para los pequeños de la casa. El resultado, un éxito rotundo.
La Escuela de Minas, punto de inicio, era un hervidero de gente preparada para dar lo mejor de sí, jaleados por la promesa de un tiempo estable y los miles de personas que se agolpaban tras las vallas de seguridad más de media hora antes del desfile.
A las 18.30, puntuales, comenzaron a sonar los instrumentos de la Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo al son de 'Campana sobre Campana', custodiando al séquito de Aliatar. Capitaneados por José Manuel Fernández Gutiérrez, 'Guti', pusieron todo en marcha, marcando el paso a las clásicas comitivas de Damasco y Basora (que siempre abren la Cabalgata), la banda de música de Meira, los experimentados jinetes de Palmira y sus cabriolas, y los exóticos pajes de Rajastán, a los que seguían muy de cerca varias decenas de pastorcitos y su rebaño de ovejas.
Una vez más, las carrozas de Melchor, Gaspar y Baltasar fueron juntas, una detrás de otra, justó al final de la comitiva, que estuvo formada por veinticuatro grupos de pajes, jinetes y pastores de los lugares más recónditos, nueve agrupaciones musicales y el antiguo camión de regalos, cerrando el desfile junto a la Banda de Música Ciudad de Oviedo. Una marea de niños los estaban esperando a todos ellos pertrechados con serpentinas y sprays de espuma. Baltasar, una vez más, fue el más jaleado.
Los tres Reyes Magos se bajaron de los novedosos templetes de sus carrozas a eso de las ocho menos cuarto de la tarde para realizar la clásica adoración al niño Jesús ante el Belén de gran formato instalado en la plaza de la Catedral, a un lado del mercadillo navideño, una tradición recuperada por el equipo de gobierno de Alfredo Canteli. Saludaron a las autoridades antes de hincar la rodilla en los reclinatorios para venerar la figura y entregarle, uno por uno, sus cofres de oro, incienso y mirra bajo la atenta mirada del deán de la 'Sancta Ovetensis', Benito Gallego.
La de Oviedo es una de las pocas cabalgatas de España sin tracción mecánica, ya que son animales los que tiran de las carrozas. Sus primeras primeras noticias datan de 1935 y se mantiene fiel a la tradición, con elementos en cuanto diseño y vestuario originales de 1959 y la citada tracción únicamente de tipo animal.
El edil de Seguridad Ciudadana destacó que no se produjeron incidentes reseñables más allá de una vaca «rebelde» a la que hubo que sacar del desfile a la altura del Corte Inglés de la calle Uría porque no quería avanzar. De velar por la seguridad se encargaron medio centenar de agentes de la Policía Local, así como efectivos de Protección Civil y también de la Policía Nacional. También fue una Cabalgata inclusiva. En la misma plaza de la Escandalera hubo un lugar reservado para personas con movilidad reducida.
El alcalde, Alfredo Canteli, sostuvo que se trató de la Cabalgata que «bate el récord de ovetenses y de gente de fuera. Un gran ambiente y un tiempo precioso; muy emocionante, este es el Oviedo que yo quiero, que siga creciendo». Sobre su petición a los Reyes Magos, «yo fui bueno y eché la carta, espero que se porten bien», bromeó.
Los niños, protagonistas
Como no podría ser de otra manera, los niños fueron los protagonistas indiscutibles. Mateo, Yago, Claudia, Daniela, Candela y Paula, todos de tercero de Infantil del Loyola, apenas podían contener la emoción. «Nos hemos portado muy bien, yo lo que quiero es una camiseta Del Real Oviedo con mi nombre», aseguró el segundo desde la calle Independencia. Muy cerca de allí, la familia Argüello, originaria de Paraguay, se preparaba para la gran noche con los niños. Alexander, que cumple cuatro años este lunes, quiere una bicicleta. «Me he portado genial, espero que me la traigan», recalcó. La familia, Ka, de Senegal, aunque desde hace 19 años en Oviedo, hacía lo propio. «¡Quiero una Nancy!», gritó a los Magos.