El Día de América más asturiano del mundo

Media hora más tarde de lo habitual -para favorecer una mayor afluencia de público-, justo a las cinco y media de la tarde, comenzó ayer la septuagésima edición del desfile del Día de América en Asturias, después de dos años sin poder celebrarse a causa de la pandemia. Un tradicional homenaje cosmopolita de la ciudad a los emigrantes que cruzaron el charco en tiempos para probar fortuna en los territorios de ultramar y volvían con el objetivo de «hacer las Américas» cumplido. Uno que en esta ocasión, sin desmerecer a los pueblos latinos, ha pivotado más en torno a lo patrio y que ha estado protagonizado por el Real Oviedo, la cultura sidrera y el origen del Camino Primitivo en la capital asturiana. «Hoy somos la capital del mundo latinoamericano y queremos aunar lo de allá y lo de acá con la gran fiesta que es esto y que al fin hemos recuperado», sostuvo Felipe Díaz-Miranda, presidente de la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF).

No obstante, a pesar de esa mirada más de puertas para adentro, una vez más fueron los sones cubanos, las cumbias colombianas, los mariachis mexicanos, los tunanteros de Perú o los bailarines de samba brasileños los que pusieron la nota musical en el cielo ovetense desde la calle Independencia hasta la parte más alta del Campo San Francisco. Sin parar, bajo un sol de victoria y los termómetros marcando 27 grados apenas media hora antes del comienzo del desfile. Fueron ellos los encargados de poner el color y la alegría a una comitiva en la que despuntaron las carrozas de Cuba o México, que reproducía de forma espectacular y colorida algunos de los símbolos fundamentales de la cultura azteca.

En total, y según las estimaciones del director general de Seguridad Ciudadana, Javier Lozano, y del propio comisario principal, José Manuel López, «más de 60.000 personas», siete mil más que en 2019 -la última vez que se celebró el desfile-, disfrutaron de la cita. La SOF vendió la práctica totalidad de las 2.500 sillas que puso a disposición de socios y no socios (por 6 y 8 euros, respectivamente), y de las que 350 eran para autoridades diversas. El resto, abarrotaron las calles, tras las vallas, y convirtieron prácticamente en inaccesibles puntos como las aceras de Independencia. «En la zona de la plaza de América no cabe un alfiler», destacó el primero.

Fue la Banda de Música Ciudad de Oviedo, bajo la batuta de David Colado, la encargada de abrir la comitiva. «Estamos doblemente encantados de estar aquí, porque al fin podemos decir que ha vuelto el Día de América y porque con esto celebramos nuestro 30 cumpleaños. No se me ocurre forma mejor de hacerlo», aseveró el director. Tras ellos, una docena de carrozas, casi una veintena de grupos y un total de 2.200 figurantes.

No faltó música, tampoco sidra. De la carroza de Llames de Parres (Arriondas), homenajeando en lancha la fiesta de los Ramos, salió algún que otro culete. Miles lo hicieron desde la del Bulevar de la Sidra, coronada por los chigreros de la calle Gascona, y desde la que, entre otros, hosteleros como el dueño del Ferroviario, Berto Rodríguez, manifestaban: «Estamos aquí un poco de comedia, que es lo que hay que hacer». Tras ellos, el cotizado brebaje asturiano, que aspira a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, corría asgaya. La bandina Los Gascones y el grupo de danza Xietu les ponían la banda sonora.

La de la escuadra carbayona, por su parte, estuvo presidida por las jugadoras del Oviedo Moderno, los niños de las categorías inferiores y el equipo Genuine, y por veteranos del primer equipo. En la del Camino Primitivo, que mostraba una Cruz de los Ángeles de gran formato, Nadaya Villarino, Mar Benito y Blanca Zarceño, reina y damas de honor de San Mateo, lanzaban confeti a las decenas de miles de asistentes.

Muchos no podían contener la emoción de volver a desfilar después de dos largos años. «Ver a toda la gente aquí otra vez es increíble, una auténtica pasada», exclamó Mateín. Otros, la de hacerlo por primera vez. «Estoy encantadísima, ya sabes lo que me gusta a mí dar el cante», bromeaba la polifacética Ángela Show, toda de blanco, con el Grupo de Indianos Ciudad de Oviedo. O como los gigantes y cabezudos de Amandi, recuperados para la ocasión y que, además, protagonizan el cartel diseñado por 'Favila'. También los hubo que asistieron a su primer desfile como la pequeña Alicia Begega, de siete meses, vestida de asturiana.

Hueco lo hubo para todos y para todo. Para el baile por el baile, como el que se marcó Nacho Cuesta en plena calle Uría con una de las bailarinas del grupo de danza brasileño; o para la reivindicación de la igualdad entre pueblos y clases sociales, como la que proclamaron con su danza los tunanteros de Perú.

En suma, sentenció el alcalde, Alfredo Canteli: «Un éxito». «Estas son las fiestas que quiero y que prometí que haría, Oviedo está lleno de gente y el Día de América de la SOF, que es un emblema histórico de la ciudad, es para que la gente lo disfrute». Y así ha sido.

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