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El secretario general de la FSA y futuro presidente del Principado, Adrián Barbón. ÁLEX PIÑA

Barbón se la juega en tres grandes retos

Crear empleo, atajar la sangría demográfica y avanzar en lo social, las grandes prioridades del futuro Gobierno socialista

ANA MORIYÓN

OVIEDO.

Domingo, 9 de junio 2019, 03:25

Crear empleo, atajar la sangría demográfica y cubrir las necesidades sociales han sido siempre pilares del socialismo asturiano y así seguirán siéndolo, según parece, en la legislatura que está a punto de comenzar. El futuro Gobierno del Principado que, con toda seguridad, liderará Adrián Barbón, fue dibujando durante toda la campaña electoral lo que serán sus principales retos a abordar en los próximos cuatro años. El objetivo no será otro que el de recuperar el brío que esta comunidad tuvo antaño y que fue perdiendo en las últimas décadas.

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Los socialistas se han marcado como objetivo para esta legislatura afrontar «la segunda gran transformación de Asturias tras la impulsada por Pedro de Silva», como se le escuchó decir en reiteradas ocasiones a su candidato durante las semanas previas a la cita electoral. Según defienden, no creen en recetas mágicas y reniegan de las propuestas en materia tributaria que abanderan las formaciones del centro-derecha para generar empleo. Sin embargo, al igual que el resto de los partidos, sitúan la reducción de la lista del paro como uno de los principales desafíos de esta legislatura. Será una cuestión clave para Barbón y los suyos que, sin mayoría absoluta, deberán llegar a acuerdos con otras fuerzas para sacar adelante medidas generadoras de empleo.

Al PSOE, con veinte diputados en el Parlamento, se le presentan en esta ocasión varias opciones para garantizar la gobernabilidad y evitar bloqueos en la Junta, pero está por ver si busca apoyo en el bloque de la izquierda, que conforman Podemos e Izquierda Unida, o en Ciudadanos, cuyo candidato, Juan Vázquez, ya mostró su deseo de iniciar negociaciones con los socialistas para «recentrar» el futuro Gobierno.

La creación de empleo no es una cuestión baladí. Con 72.000 parados en el Principado y una tasa de actividad más baja que en el resto de las comunidades, preocupa especialmente en la región que la lenta reducción de las listas del paro en los últimos años no se corresponda con la creación de nuevos puestos de empleo, sino con el ya de por sí preocupante envejecimiento de la población y la marcha de mano de obra cualificada. Una situación que el PSOE tratará de revertir en esta legislatura.

Mucho se ha hablado también de industria en esta campaña, salpicada por las amenazas de deslocalización de las empresas electrointensivas, el fin del carbón, las nuevas políticas de transición energética del Gobierno central o el cierre de grandes compañías, como puede ser Alcoa. Los socialistas han incidido durante estos últimos meses en su capacidad de interlocución con el Gobierno de Pedro Sánchez para poner la agenda asturiana sobre la mesa del Consejo de Ministros y que los intereses de esta región se tengan en cuenta a la hora de adoptar cualquier decisión en esta materia. Un compromiso que se convertirá en una de las tareas más delicadas con las que el equipo de Barbón tendrá que lidiar en los próximos meses ya que, hasta la fecha, el resto de las fuerzas políticas recriminan al también secretario general de la Federación Socialista de Asturias (FSA) que haya hecho todo lo contrario. Que sea reivindicativo o complaciente con Pedro Sánchez se mirará con lupa desde Asturias, por lo que el hecho de que un mismo partido gobierne en las dos administraciones puede ser un arma de doble filo.

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El PSOE también se ha propuesto facilitar la vida a autónomos y profesionales con una notable simplificación de los trámites administrativos, el refuerzo de su acceso a la financiación, el impulso de programas de formación específicos y la adopción de otras medidas para la digitalización y la aplicación de las nuevas tecnologías. Y ninguna de estas cuestiones tendría por qué encontrar oposición en la Junta General, puesto que todas las formaciones coincidían en campaña en la importancia de dar aire a la red de autónomos asturianos.

Otro de los principales retos de la región es atajar la sangría demográfica y la despoblación de las alas. Una cuestión que también ocupa un lugar privilegiado en la agenda de los socialistas que, durante la campaña, prometieron apostar por la zona rural acabando con la brecha digital, invirtiendo en el mantenimiento de las escuelas públicas aunque tengan apenas cuatro alumnos y manteniendo la red de centros de salud y ambulatorios en la Asturias rural.

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«Dique de contención»

No solo eso, sino que Barbón reiteró día a día durante toda la campaña su capacidad para frenar la «involución» en materia de derechos sociales que, en su opinión, hubiera supuesto la entrada en el Gobierno de una coalición de la derecha con presencia de Vox. Del mismo modo que prometió ser «dique de contención» en la defensa de los derechos feministas en un momento en el que este tipo de demandas están cogiendo forma, mientras surgen políticas de ultraderecha que cuestionan algunas de estas reivindicaciones. Se espera, de hecho, que refuerce sus políticas en esta materia durante los próximos cuatro años.

La custodia de los derechos sociales alcanzados en las últimas décadas viene siendo desde hace tiempo una de las principales preocupaciones de los socialistas. Pero ahora, superada la crisis económica durante la que los sucesivos gobiernos a duras penas consiguieron mantener los servicios sociales, el nuevo PSOE se ha marcado dar pasos al frente y consolidar el Estado del Bienestar. Duplicar el número de plazas en las escuelas de 0-3 años, cuya gestión entienden que debe pasar directamente al Principado, además de continuar bonificando estos servicios para que las familias paguen menos han sido algunas de sus promesas.

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