Barbón: «Esto no va contra Pedro, sino contra la propia democracia»

El socialismo asturiano se movilizó para estar en ese comité federal que pronto se convirtió en otra cosa. Más de 350 militantes acudieron al toque a rebato de la FSA y, aún de noche, se subían a los seis autocares fletados por el partido. A las 4.45 partió el de Laviana, a las 5.00 los de Oviedo y el reguero para ir recogiendo fue continuando. Había altos cargos y militantes de base, predominaban las canas pero, sobre todo, un común sentimiento de zozobra por lo inédito de la situación y ganas de superarlo arropado por los hermanos de ideología.

A todos ellos, pero también a los que no tienen carnet del PSOE, quiso poner voz el presidente del Principado y secretario general de la FSA, Adrián Barbón. En su turno de intervención en el comité, previno: «Esto no va contra Pedro Sánchez, sino contra todos nosotros y contra la propia democracia».

El jefe del Ejecutivo asturiano quiso iniciar su arenga dirigiéndose «a Pedro directamente y a su familia. No estáis solos, tenéis todo nuestro afecto y apoyo». Hay analistas que observan un exceso de sentimentalización en la política. Barbón, dado a discursos emotivos y que busca en esa fibra el acercamiento al votante, reivindicó lo contrario: «Frente a los que creen que en la política no hay afecto, ni amigos, ni sentimientos, que no hay nada que merezca la pena de lo sentimental, yo digo que la política que merece la pena es la del valor, los amigos, los sentimientos. Estamos con vosotros», dijo, en referencia a la familia de Sánchez.

«Aquí hay una clara criminalización, un intento de provocarnos miedo, arrinconarnos y generar un sentimiento que es el de 'ojo si participáis en política porque vamos a poder ir a por vosotros», aseguró. El secretario general de la FSA volvió a pedir que la reflexión personal iniciada por Sánchez lo sea también «colectiva». «Me dirijo al conjunto de los demócratas para preguntarnos qué clase de democracia estamos construyendo si entendemos que para llegar al poder hay que destruir a quien gobierna utilizando todo lo que hay a su alcance».

«Tengo la esperanza de que esa carta sea un mensaje en la botella lanzado al mar, que irradie un sentimiento y que el conjunto de la ciudadanía sea consciente de que nos estamos jugando la misma democracia. No podemos consentirlo todo», señaló.

El presidente dijo hablar «desde la convicción de que nunca he faltado al respeto a un adversario». Cerró su alocución buscando una inyección de ánimo con las dos razones por las que dijo sentirse socialista: «Porque creo y defiendo la libertad y la democracia con toda mi fuerza y porque en un momento de mi vida decidí rebelarme contra la injusticia. Hay que rebelarse y decir alto y claro que no estamos de acuerdo».