Posturas enfrentadas dentro del colectivo LGTBI y el feminista
Históricas como Amelia Valcárcel, Alicia Miyares, Ángeles Álvarez y Begoña Piñero tachan la ley de «sinsentido» «aberración» y «pesadilla»
A. TORICES | A. VILLACORTA
MADRID / GIJÓN.
Miércoles, 30 de junio 2021, 05:06
Alabanzas, recortes o incluso la «muerte» de las leyes en defensa de las mujeres. Así de dispares son las posturas de los diferentes colectivos LGTBI y de las feministas ante el anteproyecto aprobado ayer por el Consejo de Ministros.
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Entre las organizaciones LGTBI hay dos estrategias, que no son ajenas a la competencia entre ellas. La Federación Estatal LGTBI, la asociación histórica de estos colectivos, junto a Chrysallis -padres de niños 'trans'- ha tenido un protagonismo directo en el desbloqueo de la ley en el Ejecutivo, pues fueron quienes propusieron la fusión de leyes y el proceso de cambio de sexo con ratificación a los tres meses de la petición a cambio de salvar la autodeterminación. Son posibilistas y están contentos, pero esperan lograr que el Congreso reconozca a los no binarios y extienda la libre rectificación del sexo registral hasta los 12 años (sin proceso judicial).
La Federación Plataforma Trans, que se reivindica la verdadera representante de este colectivo, ha tenido una postura más maximalista, presionando con huelgas de hambre y pidiendo la exclusión del PSOE del Orgullo. Ayer suavizó la habitual dureza de sus críticas, pero cree una traición que no haya una ley 'trans' autónoma y pide libre autodeterminación de cualquier niño 'trans' y de los inmigrantes.
Parte del feminismo tradicional, como la confluencia Movimiento Feminista, se manifestó el sábado para pedir a Gobierno y autonomías que retiren las leyes trans por «atentar» contra los derechos de las mujeres. Rechazan que el sexo sea una libre elección y denuncian que la ley puede abrir la puerta a que violadores o maltratadores cumplan condena en cárceles femeninas.
Destacadas feministas históricas como Amelia Valcárcel volvieron ayer a cargar contra lo que la consejera de Estado calificó de «sinsentido trans», resumiendo su oposición en cuatro puntos. Empezando por que «no es cierto que se necesite una ley 'trans' para cumplir mandatos internacionales» y siguiendo con que «la autodeterminación se mantiene en el texto convertida en un mero trámite».
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Además, la filósofa asturiana objeta que «las penas que contempla, extrajudiciales, la convierten en una ley mordaza» y que «padres y madres pueden quedarse sin patria potestad sobre sus hijos. Bastará con que no estén de acuerdo en que niños o niñas inicien un proceso de lo que llaman, para dulcificarlo, 'transición'».
«Queda tiempo para pararla»
Y recuerda, asimismo, que, tras su aprobación por el Consejo de Ministros, «ahora comienza, de verdad y en serio, su tramitación. Una ley lleva tiempo para aprobarse, y filtros. Tiempo hay para poner sentido común en esta pesadilla. Armaos de paciencia y de sensatez», aconseja.
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También la presidenta de la tertulia feminista Les Comadres, Begoña Piñero, aseguró que «queda tiempo para pararla», al tiempo que lanzó un mensaje al Ejecutivo: «Señores del Gobierno: no traten de colarnos leyes aberrantes».
Valcárcel encabeza además -junto con otras siete feministas de dilatada trayectoria: Alicia Miyares, Ángeles Álvarez, Angustias Bertomeu, Laura Freixas, Marina Gilabert, Rosa María Rodríguez Magda y Victoria Sendón de León- un comunicado en el que sostienen que «la discriminación social que sufren algunas personas transexuales (no puede hablarse de 'personas trans', pues se trata de un término indefinido en el que se incluyen realidades tan dispares como transexuales, transgéneros, travestis o el neo-concepto de personas de 'género fluido' o 'no binario') debe combatirse en el marco de las acciones gubernamentales contra la discriminación del colectivo LGTBI».
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Que «el sexo es una realidad biológica inmutable», por lo que «el cambio de sexo registral (...) es y debe seguir siendo una excepción jurídica, justificada por una disforia o incongruencia de género certificada por profesionales». O que «las y los menores de edad no deben verse expuestos en los centros educativos a explicaciones no científicas sobre su realidad material y sus posibles malestares de género, ni se les debe ofrecer la 'transición de sexo' como presunta 'solución' a sus comportamientos no conformes a los estereotipos». Llevan ya más de 10.000 firmas de adhesión.
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