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Los Reyes aprendieron a esbillar fabes. DAMIÁN ARIENZA

«No traen corona, pero son muy majos»

Moal dedicó una gran fiesta a don Felipe y doña Letizia, que se dejaron querer por un pueblo que quintuplicó su población habitual y les brindó un marco natural de excepción

JESSICA M. PUGA

Domingo, 21 de octubre 2018, 07:43

Cuando don Felipe y doña Letizia llegaron a Moal, el sol empezaba a brillar con intensidad. Como si se tratara del anticipo de lo que depararía la jornada. El día de ayer en la pequeña parroquia canguesa fue «tan intenso como especial». Así lo definieron unos vecinos cuya fuerza asociativa estaba siendo reconocida con el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2018.

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La visita a la localidad quedó plagada de anécdotas, algunas protagonizadas por la espontaneidad de los niños, y muchas, por la voluntariedad de los Reyes, que tan pronto atendían a una explicación para enristrar cebollas, esbillar fabes y amasar pan como jugaban al bolo vaqueiro o se dejaban maravillar por el paisaje otoñal que ofrecía Muniellos.

Don Felipe y doña Letizia llegaron a Moal con puntualidad británica poco antes del mediodía. Para entonces, la localidad ya tenía ganas de fiesta y de celebrar su distinción. Los exteriores de las casas estaban decorados con banderas de Asturias y España y las ventanas, abiertas de par en par. Además, los vecinos lucían sonrisas permanentes. Sobre todo, los miembros de las tres asociaciones -la cultural, la deportiva y la de muyeres- que habían hecho posible que los Reyes y centenares de personas de toda Asturias estuvieran ese día en un concejo que por un momento pasó de tener 80 habitantes a cinco veces más. Todas explicaron a los Reyes su origen y función y entregaron a tan ilustres invitados una camiseta conmemorativa de la fecha. La carrera Puerta de Muniellos despertó el interés del Rey, así como las actividades culturales del pueblo. Por su parte, doña Letizia preguntó a María del Carmen Álvarez, presidenta de la Asociación de Mujeres, por los talleres que llevaban a cabo y que exponían en un estand abierto al público. Allí, la Reina se interesó por el cultivo de la berza. «Le llamó la atención que la tuviéramos desde anoche conservada en agua», explicó Mayte Fernández. Tras los 'selfis' de rigor, una mención especial a la Asociación de Parapléjicos y Grandes Minusválidos de Principado de Asturias (Aspaym) y un intercambio de palabras, las mujeres regalaron a los Reyes sidra, miel y jabón.

Vídeo.

Todo alrededor indicaba que la jornada en el pulmón verde de Asturias no era como otro cualquiera. «Hay más gente hoy que el día de la fiesta grande», apuntaba Antón Chicote, el reconocido bodeguero y hostelero cangués, partícipe en la comitiva popular que acompañaba a don Felipe y doña Letizia en su visita. «Es que a los Reyes no se les ve en persona todos los días», apuntaba la gijonesa María Teresa Alonso, eufórica tras estrecharles la mano. «Siempre voy a conocer los pueblos ejemplares porque se trata de rincones asturianos dignos de visita», subrayaba, a su lado, Josefina González.

Fieles a su cita otoñal con los Reyes, acudió la familia Gornall Aguirre. En cuanto los vio, doña Letizia no dudó en coger en brazos al benjamín, Joel, de quince meses. Mientras, su hermano mayor, Liam, atendía a lo que decían Sus Majestades. La familia, residente en Oviedo, empezó a visitar los pueblos ejemplares en 2013 y, desde entonces, no se pierden ninguno. «Vinimos el viernes y pasamos la noche en Cangas. La familia crece y así es más cómodo», explicaba la madre.

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Pero, a las caras ya conocidas por don Felipe y doña Letizia, su sumaron muchas caras nuevas. Algunas, por casualidad. «Veníamos a hacer la ruta para aprovechar el día porque nuestra hija nos regaló una noche en el parador. Una vez aquí nos encontramos con todo esto», señalaba Benjamín Fernández, que hoy celebra su cumpleaños.

Daba igual la forma: lo importante era pasarlo bien y disfrutar del mundo rural como hicieron Sus Majestades. Labores y juegos tradicionales marcaron buena parte de la agenda oficial. Bajo un hórreo, Alicia Rodríguez y Delfino Lago enseñaron a los Reyes a enristrar cebollas y esbillar fabes, tareas ante las que ambos mostraron mucho interés. Ella hasta se animó a abrir alguna vaina y preguntar acerca de las variedades expuestas. Don Felipe, además, intentó animar a un niño que no pudo evitar torcer el gesto cuando vio que los Reyes que iba a ver eran los de España y no los magos. Tanto él, Íker, como Nerea Rodríguez, charlaron un buen rato con ellos. La niña, vestida con el traje tradicional asturiano, le enseñó al Rey una fotografía antigua. «Me explicó que se la hicieron cuando tenía donce años. Yo aproveché para contarles que cumplo años el mismo día que la infanta Sofía, el 29 de abril, y la Reina me preguntó que de qué año», contó la niña.

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Anécdotas con niños, la debilidad de doña Letizia, hubo más. Como la de Jimena Gayo, sorprendida porque «no traen corona, pero son muy majos igualmente». O la de la señora que quiso hacerse un 'selfi' con el Rey, pero, como no sabía, dejó que lo sacara él. Cosas que solo pasan en un Pueblo Ejemplar.

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