Borrar
Gabriel Díaz, fisioterapeuta del Real Oviedo, con su hijo Lucas, este sábado en el Carlos Tartiere. E. C.

Al pie del cañón con el Real Oviedo desde el año 2003

Fieles. Victoria Rubiera y Gabriel Suárez son los únicos empleados del Real Oviedo que se mantienen desde la caída del club azul a Tercera División

Lunes, 23 de junio 2025, 17:23

Hace unos años hubo una campaña de abonados del Real Oviedo que utilizó el lema de 'Inquebrantables'. Ahora, el adjetivo adquiere todo el sentido para ser aplicado a los dos únicos empleados del club que se mantienen en la entidad desde 2003. En aquel año, nadie daba un duro por el futuro del equipo y aún menos por la supervivencia de la sociedad. Gracias a gente como Victoria Rubiera y Gabriel Díaz, el Oviedo mira hoy a los ojos a un ascenso a Primera que se ha convertido en la recompensa perfecta y justa para una afición y unos trabajadores que se han dejado la vida en estos años luchando por la supervivencia de un sentimiento.

Victoria Rubiera, 'Viki' para el oviedismo, es un ejemplo de compromiso con el Oviedo. Su amor por la entidad le viene de cuna. Su padre, Celestino Rubiera, fue legendario masajista del club y posteriormente responsable de las taquillas del club. Él fue el encargado de inculcar la pasión azul a su hija y también tuvo que ver con su entrada en las oficinas del club coincidiendo en el tiempo con el último ascenso a Primera División en aquella promoción contra el Mallorca. Ha sido y es una de las caras más reconocidas por los aficionados. En sus inicios compartió tareas con la hija de otro histórico de la entidad como Covadonga Mesa, que tuvo que abandonar la entidad en los peores años de la crisis institucional. Pero Viki se mantuvo.

Victoria Rubiera, junto a su hijo y esposo, ambos de nombre Miguel, celebrando el ascenso.

Cuando el club apenas tenía personal, Viki se multiplicaba para llegar a todos los sitios que hiciesen falta en el apartado administrativo de la entidad. Junto a Vili formaron un tándem que apagaba fuegos donde hacía falta y además siempre con una sonrisa en la cara para ayudar a cualquier oviedista que lo necesitase.

En la junta de accionistas celebrada el 16 de noviembre de 2023, el club le tributó un homenaje en conmemoración de sus 35 años de servicio a la entidad. La actual responsable del área administrativa del club siempre ha mantenido un perfil muy bajo, alejada de los focos y más pendiente de resolver problemas que de crearlos, lo que en sí mismo es una prueba de lealtad absoluta al escudo.

Mucho más cerca del equipo y de los futbolistas lleva 22 años el otro protagonista de la historia. Aunque su DNI recoja como nombre Gabriel Díaz, él es 'Gabri' para todo el oviedismo. Por sus manos han pasado todos los futbolistas que defendieron la elástica azul desde 2003. Ha sido confidentes de lesionados de larga duración y cómplice de recuperaciones casi milagrosas. Es uno de los fisioterapeutas del club y un profesional que puede presumir de conjugar dos de sus grandes pasiones porque no sólo trabaja, disfruta de cada minuto junto al club de su vida.

En 2003 empezó a trabajar en el Oviedo de la mano de Manuel Barreto, que era el encargado del área de fisioterapia en aquellos años. Sus primeras actuaciones estuvieron más centradas en acompañar a el juvenil de División de Honor y echar una mano en los entrenamientos del primer equipo. A partir del 2004 empezó a tratar a los jugadores de la cantera en Tensi. En sus manos estuvieron juveniles como Michu y Saúl Berjón. Poco después quedaría ya incorporado al primer equipo y desde haca algunas temporadas es el coordinador del área de fisioterapia y readaptación del club, además de trabajar de forma directa con los jugadores del primer equipo.

Media vida

Gabri puede decir sin mentir que lleva media vida dedicada al Oviedo. A sus 44 años ha dedicado 22 a trabajar en el club de su corazón y, después de vivir de forma intensa los dos ascensos desde Tercera a Segunda B y el que devolvió al club al fútbol profesional, desde este sábado ya disfruta del salto a Primera, que es un premio para todo ese tiempo de trabajo en el barro.

Viki y Gabri son dos ejemplos, pero el club está lleno de historias de trabajadores que hicieron realidad el sueño de colaborar con el club de su alma y esa identificación es una de las claves del éxito de la plantilla de profesionales no deportivos de la entidad. No suelen tener el foco de los éxitos pero sin sus tareas seria imposible que el Oviedo alcanzase los logros actuales y todos quieren contribuir a un futuro aún más prometedor.

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Al pie del cañón con el Real Oviedo desde el año 2003

Al pie del cañón con el Real Oviedo desde el año 2003