16.000 kilómetros para vivir la final del 'play-off' de ascenso entre Real Oviedo y Mirandés
Chris Gornall viajará desde Islas Turcas y Caicos, colonia británica en el Caribe, viajará a Oviedo para acudir al partido con sus sobrinos
Hace mucho tiempo que el oviedismo se acostumbró a situaciones rocambolescas de aficionados que hacen locuras para ver un partido del Real Oviedo. Jugándose un ascenso a Primera División estaba claro que éstas iban a aparecer y Chris Gornall será el protagonista de una de las locuras más geniales. Este británico afincado en Islas Turcas y Caicos hará 16.000 kilómetros para estar en la capital asturiana y acompañar a sus dos sobrinos Liam y Joel, hijos de su hermano Rayan y la asturiana Ainhoa Aguirre Fernández, oviedista de cuna y promotora de la pasión azul de toda la familia.
Ryan llegó a España en 2006 y conoció a Ainhoa. En 2007 fijó su residencia en Asturias y en 2011 se casaron. Después nacieron Liam y Joel y todos compartieron la pasión de Ainhoa por el Oviedo.
Desde el Caribe, donde Chris trabaja en la gestión de proyectos de construcción de viviendas de lujo, explica que «gracias a ellos, he seguido la trayectoria del Real Oviedo a lo largo de los años».
Su pasión por el fútbol ya tenía impreso el color azul, aunque por otro motivo: «Soy aficionado del Chelsea». Su pasión por el fútbol le dio un motivo más para estar pendiente del Oviedo y de su capitán: «Vi mucho a Santi Cazorla; aunque jugaba en el Arsenal, todos en Inglaterra respetaban su talento». Con su decisión de regresar a casa, el de Fonciellos terminó de conquistar el corazón de todo el mundo: «Es fantástico verlo ahora ayudando al club de su ciudad natal en un momento tan especial». Sus sobrinos han heredado del tío una doble pasión deportiva: «Aman el fútbol y el golf tanto como yo».
Las Islas Turcas y Caicos son una pequeña isla en pleno Caribe. Es una zona muy restringida y en la que son muchos los famosos que construyen mansiones para su descanso y en ese tipo de proyectos trabaja Chris, que explicó su plan de viaje: «Salgo el jueves, aterrizo en Asturias el viernes y espero reunirme con mi familia para lo que promete ser un partido histórico, casi 16.000 km de viaje, ¡pero cada kilómetro vale la pena!». Todavía no sabe ni podrá estar en el estadio: «Si no consigo entrada, estaré en la Plaza Pedro Miñor con el resto de la afición. He visto muchísimos vídeos increíbles de las bienvenidas al equipo allí».
Sorpresa para la familia
En Oviedo aún no dan crédito a la decisión de Chris. Ainhoa explicó el proceso de decisión: «Cuando estábamos en el Tartiere en la vuelta del Almería, Ryan le llamo y le dijo que jugábamos la final y él le contestó que venía». La sorpresa fue monumental para todos: «Sólo estuvo aquí para nuestra boda, ni conoce nuestra casa, va a conocer ante el Tartiere», bromea Ainhoa. El problema es que por ahora no tienen entrada para él: «Nosotros cuatro somos socios, pero mi marido y yo trabajamos como profesores y cuando salieron las entradas de acompañante no pudimos sacar ninguna». Ni eso frena a Chris porque ya se ocuparon ellos desde Oviedo de inculcarle el veneno azul: «Le hacemos muchas videollamadas desde Miñor y por eso sabe que allí habrá mucho ambiente, pero no perdemos la esperanza de conseguir una entrada y que pueda estar dentro del campo».

Un autógrafo de Carlos Muñoz tatuado en la piel
Lo de Ainhoa con el Oviedo no es nada reciente. Su pasión por el conjunto azul se remonta tiempo atrás y su piel puede dar cuenta de ello. «Conozco a Carlos Muñoz y un día le pedí que me hiciese su firma en un papel y me la tatué», desvela la protagonista, que incluso tuvo la oportunidad de hablar de la idea con la hija del mítico goleador azul: «Compartimos nombre y un día que coincidimos en el Tartiere se lo enseñé y casi que no daba crédito».
Tanto Ainhoa como su marido se dedican a la docencia. Ryan trabaja en el colegio Palacio de Granda donde tuvo la ocasión de empaparse de oviedismo: «Tiene muy buena relación con Keith Thompson y como los hijos de Iván Ania y de César fueron al colegio también conocía el club por ese lado». Ella lo tiene más complicado: «Trabajo en La Inmaculada en Gijón, pero poco a poco voy haciendo cantera, de los 27 alumnos ya tenía cinco del Oviedo, incluso alguno socio». En las pasadas navidades toda la familia viajó a Londres y aprovecharon para acudir a ver en directo un partido del Chelsea en Stamford Bridge con Chris ejerciendo de anfitrión y compartiendo el azul de las camisetas de los dos equipos a los que todos animan. La familia Gornall-Aguirre vivirá el duelo del sábado con la máxima ilusión y seguro que los más ambiciosos sueñan con ver a los dos equipos jugando cara a cara el futuro.
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