Inclusión y superación en las aguas del río Sella

Una prueba para el goce de todos pero que, en la parte de competición, se cerró con Pablo Pérez e Iván de Quevedo con el primer puesto en la categoría A –la que agrupa a los participantes con lesiones más leves–; Felipe Cartas y María Ascensión Portillo en la categoría B –usuarios de silla de ruedas, especialmente lesionados medulares–; Pablo Pérez e Iván de Quevedo en la categoría Sub20, y Laura Fernández de Arquer y Abril Fernández de Arquer en la categoría femenina. El premio Inserta Valores del Sella Adaptado fue también para Felipe Cartas, que además de ser el más rápido en su sección, cerró la jornada con un merecido reconocimiento por partida doble.

«Cuando el Comité Organizador del Sella me comunicó telefónicamente esta alegría, mi reacción fue quedarme sin palabras», compartía Cartas, que durante su discurso de agradecimiento mandó un bonito mensaje a sus familiares, incluida su sobrina María, compañera en este descenso, y para los voluntarios, que hacen posible que esta jornada transcurra con éxito. «Nos sentimos protegidos, incluidos y absolutamente queridos con vuestras sonrisas», expresó emocionado. Para sus amigos tampoco faltaron las palabras, porque fueron ellos quienes «me han permitido enamorarme de esta fiesta», admitió.

Fiesta, una vez más, multitudinaria: a la convocatoria, promovida por la Federación de Deportes para Personas con Discapacidad Física del Principado de Asturias (Fedema), acudieron 210 palistas, 73 de ellos deportistas con algún tipo de discapacidad.

El sentimiento al finalizar era compartido: la experiencia es irrepetible y el ambiente, «una pasada». Así lo sentía Mireia Cabañés, subcampeona del mundo de parasurfing y campeona de España, que participaba en esta edición por primera vez de la mano de la Fundación También y finalizó con un tercer puesto en la categoría femenina. «Ha sido brutal la experiencia. Era una espinita que tenía clavada y lo tenía que hacer», expresó tras acabar la prueba.

En cada canoa, diseñada especialmente por la Escuela Asturiana de Piragüismo, reman juntos un participante con discapacidad y su acompañante sin ella. El recorrido cuenta con dos tramos: competitivo y no competitivo. Este, pensado para disfrutar con calma de la experiencia, comienza en Arriondas y finaliza en la revuelta conocida como La Uña, a la altura de Llordón. Allí mismo dan comienzo los últimos cinco kilómetros, donde, ahora sí, los participantes pudieron dar lo mejor de sí mismos para finalizar en la meta, ya en Ribadesella.

Queda tan solo una semana para que las canoas vuelvan a llenar el río con la llegada del Descenso Internacional. Pero en esta edición de su versión adaptada se ha vuelto a demostrar que, con compañerismo y ganas, es como todos remamos más lejos.