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La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo; la presidenta del Congreso, Meritxell Batet; la Reina Letizia y la presidenta del Senado, Pilar Llop, durante el homenaje a Clara Campoamor. EFE

El aplauso de la Reina a una mujer republicana

Gobierno y Parlamento relanzan el premio Clara Campoamor, a la que rinden homenaje en el 90 aniversario del sufragio femenino con un acto presidido por doña Letizia

A. COLLADO / AGENCIAS

GIJÓN.

Martes, 13 de abril 2021, 03:38

Hay veces que a la historia le cuesta reconocer la importancia de figuras imprescindibles, cuyo peso queda fuera de toda duda décadas después, por su ... profunda impronta en el hoy. Es el caso de la abogada de origen asturiano Clara Campoamor, adalid de los derechos de las mujeres, defensora -y, en buena parte, responsable- del reconocimiento de su derecho a votar en España. Tanto es así que la Reina Letizia no dudó en presidir ayer el homenaje que el Congreso brindó a la política republicana, en el 90 aniversario del sufragio femenino. Un reconocimiento que llegó con un compromiso. El de, en palabras de la vicepresidenta primera del Gobierno de la nación, Carmen Calvo, «revitalizar» el Premio Clara Campoamor para que cada año se reconozca «una trayectoria consolidada de una mujer insigne» en defensa de la igualdad.

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Doña Letizia llegó al Congreso a las once de la mañana y sorprendió a Calvo y a las presidentas de las Cámaras en el interior del Palacio, porque aún no estaban listas para recibirla en el Patio de Floridablanca. Una anécdota, previa visita al escritorio de Clara Campoamor, ubicado desde 2018 en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo, al lado del hemiciclo. Allí ya había colocado un busto de la parlamentaria, obra de Marina Núñez, al que ahora se añade la mesa de trabajo donada por la Fundación Clara Campoamor en el 2006, y la credencial original de la diputada del Partido Radical. En esta misma sala también se expondrán un examen que realizó Campoamor el 7 de marzo de 1918 para acceder al Cuerpo de Taquígrafos de las Cortes y dos libros escritos por ella, 'El derecho de la mujer' y 'Voto femenino y yo'.

La Mesa del Congreso decidió que el acto estuviera presidido por la Reina, hecho que provocó que ERC, Junts, Bildu y la CUP no asistiesen a la convocatoria. No es un gesto nuevo: ya 'plantaron' a la Corona hace menos de dos meses, cuando el Rey Felipe VI presidió el acto con motivo del cuadragésimo aniversario del fracaso del golpe de estado del 23 de febrero.

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, quiso dar las gracias a la Reina por aceptar la invitación e insistió en que su presencia expresa «al máximo nivel» la vigencia del pacto constitucional. «La presencia hoy de su Majestad es la mejor muestra del carácter fundamental y compartido del valor de la igualdad entre mujeres y hombres y de la necesidad de apoyo y defensa a los mismos desde las instituciones, empezando por esta casa», dijo. Y añadió: «Es también señal política de que los valores constitucionales exigen y necesitan sumar voluntades, integrar posiciones y asumir su importancia y defensa por encima del pluralismo político y sobre todo del enfrentamiento partidista».

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En el Salón de Pasos Perdidos, también la vicepresidenta Carmen Calvo tomó la palabra para expresar su «gratitud y admiración» por Clara Campoamor, destacando que su labor por la igualdad no fue «un paso individual, sino un gran salto para las mujeres, para ser partícipes del devenir del país».

Por su parte, la presidenta del Senado, Pilar Llop, recordó que «el mayor escollo» con el que se encontró Campoamor fue enfrentarse a posiciones basadas en «lo irracional» y, en ese sentido, instó a aprender la lección: «No debemos gobernar con la emoción, sino gobernar a la emoción, desde la verdad, el poder de los datos y los argumentos, huyendo de las manipulaciones».

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Algo quedó totalmente claro: con el sufragio universal, zanjó Batet, «nació verdaderamente el parlamento democrático, porque no hay democracia sin plena participación de los ciudadanos y de las ciudadanas, no hay democracia si se excluye a una parte de la sociedad». Porque «no podemos calificar de democrático un sistema que excluye del voto y, por tanto, de la condición de ciudadanía, a la mitad de su población». Y, ahora sí, la historia se inclina ante Clara Campoamor.

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