«Esperamos que sea el último amagüestu al descubierto»

Una tregua meteorológica permitió ayer a la plataforma SOS Viejo Hospital la tercera edición de su amagüestu, donde repartió sesenta kilos de castañas y otros tantos de sidra dulce. Un éxito de convocatoria, agradeció el portavoz del colectivo, Nacio González, que no hubiera sido posible en una día de lluvia. Porque el amagüestu, además de ser una cita tradicional, también fue reivindicativo: «Esperamos que sea el último año que tenemos que hacerlo al descubierto». La plataforma confía en que el próximo año ya lo pueda organizar sin estar pendiente de la previsión del tiempo al contar con un centro social.

González lamentó que todo son promesas y que por el momento no hay una fecha para su instalación. «Seguimos sin concretar, el alcalde nos dijo que este invierno, pero no sabemos cuándo», indicó.

Los participantes quedaron ayer en un lugar simbólico, la parada de autobús de la calle Julián Clavería, a la entrada del Truébano. «El mismo lugar donde la gente tiene que pasar los inviernos a la espera de que el Ayuntamiento dote a los barrios altos de Buenavista y El Cristo de un centro social», rezaba la convocatoria. Ya todos juntos, disfrutaron de la cita gastronómica, en la que han colaborado hosteleros y vecinos.

Esta no es la única petición del colectivo. Aguarda a un avance en el plan de reordenación de los antiguos terrenos hospitalarios, pendiente desde el traslado del HUCA a La Cadellada en 2014. En cuanto a los usos provisionales, en la última reunión con responsables regionales y locales, el Principado les prometió que la tercera fase del parque estará lista en el primer trimestre del próximo año. Incluye un anfiteatro semicubierto, un parque canino y una pista de atletismo.

Además de esta reivindicación, la plataforma aprovechó la celebración de la fiesta otoñal para recordar otro asunto pendiente. «Queremos que se resuelva un tema de seguridad vial en la calle Rodríguez Vigil». Su propuesta es la habilitación de una zona peatonal y otra para bicicleta para evitar que los usuarios, desde vecinos de la zona hasta estudiantes de las facultades universitarias y la Escuela de Idiomas, y del Centro de Donación de Sangre, se crucen con los coches y los autobuses.