Una mudanza canina

1998. Hace 25 años.

Fue ingente el trabajo que supuso trasladar ni más ni menos que 150 perros, aunque solo 15 gatos, desde «las destartaladas instalaciones de Roces, cuyo deterioro era más que evidente», al «albergue modelo» de Asturias, ahora sito en Serín. Grande, costoso, pero necesario. Ocurrió esta semana hará 25 años. «Desde las siete y media de la mañana hasta el mediodía, varios furgones se dedicaron a recorrer la decena de kilómetros de distancia que separan las ya desaparecidas instalaciones de la Sociedad Protectora de Animales en Roces del nuevo albergue situado en Serín», dice EL COMERCIO del 21 de marzo de 1998. Las labores, asumidas por los tres trabajadores de la protectora, «con la experta colaboración del lacero municipal», tuvieron buen fin, ya que, al parecer, los animales «reaccionaron muy bien ante su nueva casa, sobre todo porque el espacio dedicado a cada uno de ellos nada tiene que ver con las angostas jaulas de Roces».

En Serín, instalación puntera en la región, había 55 boxes con capacidad cada uno de ellos para tres perros grandes o cuatro pequeños; equipados todos ellos con agua y luz, «lo que facilita la limpieza diaria de casetas y pasillos centrales». Contaba asimismo con una clínica veterinaria «que visitan semanalmente dos profesionales, además de un equipo de urgencias, que asiste a los animales siempre que surge un problema».

Hoy podría parecer un básico incuestionable, pero no lo era tanto así hace cinco lustros, sobre todo en comparación con las antiguas instalaciones de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas, sitas en Roces. Allí, la pala municipal procedía ya al derribo de un albergue envejecido, propio de otros tiempos. En Serín, decíamos, había «personas a diario para recibir nuevos animales y, sobre todo, para entregarlos a las personas que acuden en busca de un amigo 'peludo' que, sobre todo, es fiel». «Si los hoteles humanos se clasifican por estrellas, parece evidente que este albergue debería recibir, como poco, los cinco 'huesos'», diríamos unos días después, ante la presentación 'en sociedad' de las nuevas instalaciones. Los animales lo merecían.

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