Mujer herida en la Acerona
El vendaval derribó la gruesa luna de la fachada de un banco, que impactó contra una viandante, y causó numerosos daños
Hasta 90 kilómetros por hora alcanzó el viento que azotó la ciudad hace ahora cinco lustros. Con todo lo que eso puede conllevar. Contaba EL ... COMERCIO que, aunque Protección Civil ya había alertado previamente de los fuertes vientos que soplarían en Asturias, sobre todo en la franja costera, hubo desperfectos que lamentar. Y hasta una herida. Sucedió que, a eso de las cuatro menos cuarto de la tarde, una mujer que caminaba por la Acerona, «al llegar a la altura de la oficina del Banco Zaragozano, que hace esquina con la calle de Asturias», sufrió heridas de consideración al caerle una luna de la fachada de la entidad, de más de cinco metros de largo y tres de largo.
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«El cristal, de gran grosor al tratarse de una luna de seguridad, dijimos, «se cayó hacia la acera y alcanzó a Rosalía M., de 54 años (...). Una ambulancia de Cruz Roja que pasaba casualmente por la citada calle recogió a la mujer y esta fue trasladada al Hospital de Cabueñes». La Policía Local acordonó la zona y los responsables del banco, una vez superado el susto, «procedieron a retirar muebles y efectos de la oficina, que fueron recogidos por empleados de una empresa de mudanzas». Pero aquel no fue el único incidente. Hubo legión de ellos, sobre todo afectando a las fachadas de varios edificios; y más, «desde contenedores que invadieron las calzadas, otros que causaron daños en vehículos aparcados, caídas de señales, cascotes, vallas y otros objetos».
Árboles caídos en Fontaciera
En la zona rural el temporal también se dejó sentir. «Entre otras intervenciones, los bomberos fueron requeridos por la Guardia Civil para retirar dos árboles que cayeron en la carretera de Fontaciera (el desvío desde Pinzales) al cortar el tráfico, en la mañana de ayer. Por la tarde, otro árbol cortó el tráfico en la carretera de Oviedo a la altura de Porceyo, que fue retirado por la Guardia Civil». Fue, qué duda cabe, una jornada agitada en Gijón, porque, además de los estragos del viento, los agentes también tuvieron que ocuparse de un intento de suicidio -que, afortunadamente, no llegó a más- en el paso elevado de El Natahoyo y de un incendio en una sidrería de Cimadevilla. Para olvidar.
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