Una de las zonas verdes de Gijón.
Historias de Asturias

Plantas contra monstruos

El jardinero José Marco Seco abogaba hace ya medio siglo por luchar contra la cultura del asfalto con formación y conciencia ciudadana

Lunes, 1 de mayo 2023, 01:31

1973. Hace 50 años.

Los automóviles eran, para José Marco Seco, «un monstruo»; su aliado, el asfalto. Para plantarles cara, nada mejor que promocionar «el amor del público en general y organismos oficiales hacia las plantas (...). Tenemos que evitar, por encima de todo, que se nos lleven las escasas zonas verdes que nos son tan necesarias, por embellecimiento, salud y vida». Hace 50 años, recién elegido vocal de la Asociación Nacional de Jardinería, le entrevistamos para descubrir a un profesional crítico con el estado de la cuestión y muy formado en su terreno. Reconocía Seco, por ejemplo, que ayudaba a la concienciación sobre la necesidad de las zonas verdes la moda que, en aquellos tiempos, había surgido hacia las plantas de interior.

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«(El pueblo español) va tomando conciencia de lo que es jardinería y plantas, para ornato y embellecimiento de ciudades, pueblos, casas y fábricas», aseguraba. Pero en Gijón, por ejemplo, faltaba aún una Escuela Municipal de Jardinería. «No puede dudarse de que con la creación de zonas verdes, de plantas y jardinería, hacen falta los servicios expertos del oficial y el maestro, con personal a sus órdenes capacitado. Eso, además de la concienciación, como se dice ahora, de los ciudadanos, para los que en realidad crean en los jardines». La profesionalización del sector pasaba, aseguraba Seco, por tener jefes de Jardines sin miedo a mancharse los zapatos, a convivir con el personal y a vivir el servicio con total dedicación.

Dos palos y una cuerda

«Antes, el jardinero, con dos palos y una cuerda trazaba magníficos jardines y sabía conservarlos con mimo, sin tener ningún estudio superior, lo que demuestra su gran amor a la profesión heredada de sus padres, abuelos y bisabuelos. Esta es la verdadera escuela», afirmó. Dedicación, compromiso y profesionales; fomento de exposiciones y concursos de jardinería y, eso era clave, que llegase a materializarse, por fin, la Escuela Municipal de Jardinería en Gijón. «Para que el proyecto empiece a moverse, solamente hace falta que alguien dé el primer paso», dijo en nuestras páginas de hace hoy medio siglo Arturo Arias. Y a la vista está que había gente dispuesta a ello.

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