La Semana Negra de 1997.

Mucho, mucho ruido

La comisión de Medio Ambiente aprobó que la Semana Negra pudiera llegar a 85 decibelios, casi el doble del nivel máximo ordinario

Martes, 16 de mayo 2023, 01:58

1998. Hace 25 años.

Casi el doble de lo permitido. La orenanza municipal dictaba que los niveles de ruido en Gijón no podían superar los 45 decibelios en el periodo comprendido entre las diez de la noche y las siete de la mañana, pero hace 25 años se añadió la excepción a la norma. En la Semana Negra podría llegarse a los 85 decibelios. La decisión fue aprobada en la comisión de Medio Ambiente, con el voto en contra del PP y los favorables de los concejales socialistas y de IU. Fue una sesión tensa, en la que la concejala popular Alicia Fernández Armayor llegó a acusar el presidente de la comisión y concejal de Medio Ambiente, Carlos Zapico, «de alentar una decisión irresponsable y muy perjudicial para los intereses de los residentes en la zona próxima a los terrenos en los que se instalarán las barracas de la Semana Negra durante el mes de julio». Ese año, el certamen se instalaría en la avenida de El Molinón y en el entorno del Pabellón de Deportes.

Publicidad

La polémica era vieja. Ya en enero de 1998, Paco Ignacio Taibo II, en la presentación de la undécima edición del certamen, había prometido realizar «un control férreo de los ruidos», consciente de que una de las críticas constantes a la Semana Negra era la de la contaminación acústica. «Se centralizará la música y se limitará la potencia de los chiringuitos para evitar que compitan entre ellos», aseguró Taibo. «Se trata de que predomine la música, pero no el ruido».

«Irracional y arbitrario»

Ahora, con 85 decibelios de máxima, la línea entre uno y otro concepto se desdibujaba, generando protestas también en los partidos políticos no representados en el Consistorio: el Partíu Asturianista (PAS) calificó la decisión como «un acto irracional y arbitrario». Se hacía «una ordenanza a la carta para determinadas situaciones», criticaba el PP. Al otro lado del tablero, los grupos firmantes dijeron haber aprobado la prerrogativa «solo con el fin de ajustarse a la realidad de lo que es la Semana Negra ». «El Ayuntamiento colocará una mesa de sonido única para toda la instalación desde la que se controlarán los niveles de emisión acústica de la totalidad de las barracas», se prometió. Teníamos polémica para rato.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad