Eran tres niños a medio criar...
Emulando la canción de Víctor Manuel, viajaron a Madrid en bus con sus ahorros, pero allí se quedaron sin blanca. Debieron volver a dedo
Sábado, 29 de abril 2023, 01:42
1973. Hace 50 años.
En un principio, se creía que habían sido solo dos los menores que faltaron de sus casas de El Llano hace medio siglo, porque fueron dos las familias que cursaron las denuncias. La una, de un niño de 11 años; la otra, de uno de 14. «Los dos dijeron en sus casas que iban a una excursión con el colegio al que acuden, pero sus padres comprobaron después que no era cierto. Desde entonces ignoran su paradero», dijo EL COMERCIO del 28 de abril de 1973. El mayor había desaparecido vistiendo «un jersey de pico con camiseta interior encarnada»; el pequeño, con «jersey marrón con rayas amarillas y pantalón gris con rodilleras de cuero». Más a la moda de la época, imposible.
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La cosa fue que, al final, fueron tres los muchachos fugados. Lo supimos al día siguiente, cuando anunciamos el final feliz de la historia: los niños se habían presentado «hacia las ocho y media del día de ayer, acompañados de un familiar», en la redacción de EL COMERCIO, «con el fin de comunicarnos personalmente su aparición». Como en aquella canción en la que dos pastores se escapaban «de Puerto Tarna a Xixón, a ver el mar», en esta ocasión los críos se habían escapado de sus casas para ir a la capital de España. Para ello, según contábamos, «estuvieron ahorrando durante largo tiempo para acumular el caudal suficiente para tomar billetes en el Alsa».
A la Benemérita en Lena
Les falló la previsión de que, además de lo que costase el billete de ida, en Madrid también se gasta dinero casi con solo respirar. «En la capital», contábamos, «vieron con desconsuelo que su dinero se había agotado y decidieron volver a casa». Como no tenían para el billete de vuelta, «el viaje de venida lo realizaron en autostop a través de turismos, camiones, en fin, en cuantos medios de locomoción les fueron acercando a sus domicilios. Pero traídos hasta Pola de Lena y apercibidos de que su caudal era nulo, un tanto desilusionados de su aventura, decidieron presentarse a la Guardia Civil».
La Benemérita avisó a las familias, estas fueron a buscarles y, antes de volver a casa, el pariente al cargo los trajo a la redacción a pedir disculpas por las molestias causadas. ¡Qué tiempos!
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