

Secciones
Servicios
Destacamos
Pilar fonseca
Martes, 14 de junio 2022, 02:46
Desde cáncer a diabetes o enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Una mala alimentación en la infancia, unida a otros hábitos de vida perjudiciales está provocando que los médicos estén detectando en torno a los 20 años de edad, patologías y problemas de salud propios hasta ahora de personas mucho mayores.
Es innegable que en general comemos tan mal que estamos enfermando antes de tiempo.
Noticia Relacionada
Cuatro de cada diez niños españoles, y en asturias uno de cada tres, tienen sobrepeso y esa es nada más que la consecuencia más inmediata y evidente de que se está produciendo una mala alimentación junto a otros hábitos de vida poco saludables.
Lo que no se ve a no ser que lo vea un médico es que el 22% de los niños españoles tienen niveles altos de colesterol, por encima de los niveles que marcan una hipercolesterolemia entre la población adulta y la incidencia de la hipertensión en la infancia se eleva al 32%. Sí, hipertensión en la infancia, algo que hasta hace solo unos años era prácticamente impensable.
A partir de los 20 años es cuando se han empezado a detectar números preocupantes según los especialistas en salud pública, de enfermedades derivadas de la alimentación y de los hábitos de vida en las etapas anteriores.
Los datos son tozudos y lo dejan muy claro: se están detectando a edades más tempranas, tipos de cáncer que hace unos años se veían exclusivamente en personas de mayor edad.
Y los médicos señalan que entre un 30% y un 50% de los tipos de cáncer actuales son atribuibles a factores de riesgo modificables como es la alimentación.
Los milenials tienen hoy el doble de riesgo de contraer cáncer por el estilo de vida occidental porque están dañando su salud desde que eran niños si no han llevado una correcta alimentación.
Los alimentos insanos han copado las neveras de los más jóvenes y sus efectos, después de haberlos ingerido durante años a lo largo de la infancia y la adolescencia, se manifiestan a edades cada vez más tempranas.
Por citar solo un ejemplo: el cáncer colorrectal ha adelantado su edad de presentación y hay estudios que señalan que si el estilo de vida actual de alimentación y actividad física, se mantiene en la próxima década, este cáncer aumentará su prevalencia en personas de entre 20 y 30 años en un 90%. Y sí, todo apunta a que la mala alimentación tiene mucha responsabilidad de un aumento tan tremendo como ese.
Julio Basulto, en su último libro «Come mierda» (Ed. Vergara) es muy claro en este sentido al señalar que «... mientras que los fallecimientos anuales en Europa por comida contaminada ascienden a 4.654, los ocasionados por enfermedades cardiovasculares atribuibles a una mala alimentación son de 2,1 millones anuales…» y él también apunta en este mismo libro que «... en la prensa aparece casi sin excepción cada muerte ocasionada por una infección alimentaria, pero no las decenas de miles de fallecimientos que ocurren a diario a causa de una mala alimentación.»
Basulto es dietista-nutricionista, profesor asociado en el Grado de Nutrición Humana y Dietética de la Facultad de Ciencias de la Salud y el Bienestar de la Universidad de Vic y es tajante cuando dice en su libro que «nadie puede escapar por mucho que corra de las consecuencias de una dieta inadecuada.»
No se trata de buscar una dieta exótica y complicada sino una dieta diversa llena de alimentos cuanto más frescos mejor y en la que no tengan espacio los productos ultra procesados que las empresas pretenden colar en nuestra dieta habitual.
Además, no se puede olvidar que una dieta correcta también beneficia a la salud mental. Los jóvenes entre 18 y 25 años con síntomas de depresión y una alimentación deficiente notaron una mejoría al modificar sus hábitos alimenticios hacia algo más parecido a la dieta mediterránea, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Tecnología de Sydney y publicado en American Journal of Clinical Nutrition.
Juio Basulto ve como una de las prioridades a las que nos tenemos que enfrentar como sociedad la de proteger a los niños del consumo de productos ultra procesados porque, según los datos que él maneja en este libro, «nuestros hijos van a vivir, por primera vez en la historia moderna, menos años que nosotros…»
Publicidad
J. Gómez Peña y Gonzalo de las Heras (gráfico)
Sara I. Belled y Jorge Marzo
Melchor Sáiz-Pardo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.