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CLARA G. SANTOS
OVIEDO.
Jueves, 12 de mayo 2022, 01:21
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La obesidad es una epidemia silenciosa que entiende de fronteras y afecta, fundamentalmente, a los países desarrollados. Se da, además, la paradoja de que en la sociedad de la hiperespecialización médica, cada vez más informada, el sobrepeso infantil se ha multiplicado por diez desde 1975.
En Asturias, la prevalencia en menores es ya de un 35%, es decir, uno de cada tres jóvenes está en riesgo de padecer sobrepeso u obesidad. Un cambio de paradigma que los expertos de la medicina pediátrica atribuyen a las transformaciones sociales que se han producido en las últimas décadas. «La adicción a las pantallas y el sedentarismo son los nuevos factores de riesgo del siglo XXI», puntualizó la doctora chilena Ethel Codner momentos antes de que diese comienzo el congreso de la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica. La cita de ayer supuso el reencuentro presencial de hasta 500 profesionales especialistas, que tuvieron la ocasión de ahondar en los nuevos avances científicos y tecnológicos de la especialidad, bajo el lema 'Hacia una atención integral, innovadora y sostenible'. Uno de los asuntos que pusieron sobre la mesa los expertos fue el auge de patologías como la obesidad o la diabetes entre los menores de edad.
A día de hoy, los esfuerzos del gremio se concentran en la prevención. En lo tocante al sobrepeso infantil, los ponentes coincidieron en la urgencia de acometer un tratamiento integral. «Esta enfermedad no se resuelve en consulta, tanto la comunidad educativa como la sociedad deben arrimar el hombro», advirtió Isolina Riaño, endocrino pediatra del HUCA y presidenta del comité organizador del congreso. Esta profesional utilizó como referencia un ensayo comunitario llevado a cabo en dos colegios del área de Avilés. Los resultados demostraron que en el centro en que padres y profesores se habían involucrado en los talleres de hábitos saludables, la formación nutricional caló más hondo.
La coordinación interprofesional también resulta clave para el seguimiento de afecciones como la diabetes. «El uso de insulina requiere de un gran autocontrol por parte del paciente y es ahí donde se vuelve fundamental la figura del enfermero educador», apostilló el doctor Luis Castaño.
Por su parte, la catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Oviedo, Adonina Tardón, puso el foco en los factores sociales y económicos asociados a la obesidad. «Los productos frescos y saludables son más caros y no están al alcance de todos los bolsillos», terció Tardón. De ahí que para esta doctora culpabilizar a los padres no sea una opción.
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