Parto bajo el temporal
El alumbramiento de una mujer en plena calle, después de haber rechazado su ingreso en la Casa de Maternidad, conmocionó Gijón
Viernes, 24 de noviembre 2023, 01:16
No es que no hubiera recursos, que alguno que otro había ya hace un siglo, es que Mercedes L. se negaba a aceptarlos. Ora por un malentendido deseo de libertad, ora por habitar entre las brumas de la enfermedad mental, vivía Mercedes, con una caterva de pequeños, en plena calle. Su oficio: mendigar. Incluso cuando las inclemencias del tiempo lo ponían difícil. «¡Qué tristeza y qué dolor no ha de llevar a las almas buenas la reflexión de que en estos días de lluvias torrenciales, en estas noches de intensos fríos en que el furor de los elementos parece descargar más fieramente hay muchos hermanos nuestros que sufren acaso sin techo!», decía, en diciembre de 1923 y en portada de EL COMERCIO, 'Asteroides'. En la mente de todos cuantos leyeron aquella columna, el nombre antedicho. Mercedes. Popular sin techo, residente en las calles de El Coto, madre reciente.
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Recientísima, cabría decir. Porque el 23 de noviembre de 1924, y lo contamos tal día como hoy, Mercedes L. fue sorprendida dando a luz en plena calle, «debajo de una mesa de cocina adosada al muro lateral que cierra la huerta del Colegio de la Inmaculada». A la mujer, de 44 años, le había sobrevenido el parto precisamente en un momento en el que llovía torrencialmente, y cuando la luz ya comenzaba a escasear. Después de que un alma caritativa avisase a la Asociación de Paz y Caridad, Mercedes L. fue asistida por los sanitarios de la institución benéfica no sin dificultad, ya que tuvieron que alumbrarse con cerillas al tiempo que cubrían a la parturienta con un paraguas.
«Se empeñó en vivir al aire libre», dijimos. «sin duda para estimular a la Caridad, negándose a habitar, con pretextos y excusas, en albergues que le fueron propuestos repetidamente». Más en los últimos meses, cuando su avanzado estado de gestación hacía temer una situación como la que finalmente se vivió. «No hace mucho, el señor alcalde propuso a Mercedes que se trasladase a la Casa de Maternidad provincial, comprometiéndose a recoger a sus hijos en el Patronato de San José, a lo que también se negó la interesada». El resultado, sea como fuere, avergonzaba a Gijón. Y el problema no sería nada fácil de resolver.
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