A punto de morir al contraer una infección por morderse las uñas

Los médicos le dijeron a Luke Hanoman, de 28 años, que tenía suerte de estar vivo después de que la infección se extendiera por su cuerpo

el comercio

Jueves, 3 de mayo 2018, 17:51

Luke Hanoman, de 28 años y padre de dos hijos, casi muere por una sepsis que fue provocada tras haberse mordido las uñas. Según publica 'ABC', el joven comenzó a sentirse mal después de morder la piel de una de sus uñas.

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Durante una semana, luchó aparentemente contra los síntomas de la gripe, sin saber que se estaba extendiendo una infección a través de su sangre.

Cuando finalmente lo llevaron al hospital, pasó cuatro días bajo observación las 24 horas y le dijeron que tenía «suerte de estar vivo».

«Solía morderme las uñas todo el tiempo. Era algo nervioso. Y un día mordí la piel por el costado de mi uña. Me dolió un poco, pero no pensé nada. Estuve trabajando toda la semana y empecé a tener síntomas parecidos a los de la gripe que empeoraban gradualmente. Tenía sudores fríos, estaba temblando y luego estaba caliente. Y entonces mi dedo comenzó a hincharse y tuve ese latido insoportable. Empecé a estar muy raro y no podía concentrarme», relata.

La sepsis es una complicación que se desarrolla después de una infección. El sistema inmunitario del cuerpo comienza a funcionar a toda marcha, lo que puede provocar un suministro sanguíneo reducido a los órganos. Si no se trata, puede provocar insuficiencia orgánica múltiple y la muerte.

Los médicos le dijeron a Luke que tuvo suerte de estar vivo. Pasó cuatro días en Southport Hospital, donde le trataron con antibióticos. «Fue bastante aterrador», dijo Luke. «Estaba en observación las 24 horas. Me dijeron que tuve suerte. Estaba cerca del shock séptico. Los doctores y las enfermeras fueron realmente buenos. No me dijeron lo malo que era porque creo que intentaban no preocuparme demasiado. Cuando me sentía mejor, me dijeron que tenía suerte de estar vivo».

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Hay alrededor de 123.000 casos de sepsis en Inglaterra cada año. Según el NHS, alrededor de 37.000 personas mueren cada año de esta infección.

Los síntomas incluyen sentirse letárgico, tener una temperatura alta y respiración rápida. También incluyen mareos, diarrea y piel moteada.

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