Renfe forma a maquinistas en la región por si fuera necesario un traslado de enfermos

El Ministerio de Sanidad viene reiterando que el traslado de enfermos entre comunidades es una posibilidad que está sobre la mesa, y bajo esa hipótesis Renfe ha empezado a actuar, con la idea de ir preparándose por si se le requiere dicho trabajo.

Una unidad de la Serie 730 fue movilizada ayer desde León hasta Asturias para instruir a los maquinistas de la región en su conducción. Este modelo es el que acostumbra a cubrir la ruta entre Galicia y Madrid, es el más versátil del país y el que, tanto desde la empresa pública como desde el Ministerio de Transportes, estudian mandar a talleres para que se le sustituyan los asientos por el equipamiento sanitario.

Las fuentes consultadas en el sector ferroviario subrayan que no hay una decisión tomada, pero que en caso de ser necesario, todo el proceso de adaptación de trenes y formación de maquinistas requiere de varios días, motivo por el cual Renfe ha empezado ya a adelantarse, preparando conductores en diversos puntos del país. Lo hace de la mano de los dos ministerios y trasladando la situación a sus sindicatos.

Se sigue así el ejemplo francés. El jueves pasado el país vecino puso en circulación dos trenes de alta velocidad medicalizados que diariamente sacan a entre 20 y 40 enfermos de las zonas con más saturación para llevarlos a regiones con hospitales más holgados. El ferrocarril galo refuerza un dispositivo que mediante helicópteros y aviones llevaba trasladados hasta ayer a 324 pacientes franceses. Parte de los afectados han seguido su tratamiento en centros sanitarios de Alemania, Suiza y Luxemburgo, países limítrofes que aceptaron acoger a los casos galos.

En España alguna de las comunidades, como Asturias, dejaron la puerta abierta a la posible recepción de pacientes, aunque el ministro de Sanidad dijo ayer que no le constaba ninguna petición concreta de las más saturadas. Con las ambulancias a pleno rendimiento, la opción de Renfe presenta ventajas. Transportes ha reducido los servicios ferroviarios para atajar la movilidad. Eso se traduce en tener parados un buen número de trenes y conductores. En la relación Gijón-Madrid solo se mantiene ya una de las cuatro frecuencias diarias habituales, lo que supone que en la base asturiana hay cinco maquinistas activados o en reserva, y otros 20 fuera de servicio.

Todos están habilitados para ponerse al frente de la Serie 130, las unidades que prestan este servicio y cuya principal cualidad es la rodadura desplazable, es decir, pueden mover sus ruedas para circular en vías de ancho internacional o ibérico. La Serie 730 añade a eso una tracción doble, de forma que puede alimentarse de la electricidad de la catenaria o del diésel. Además tiene más facilidad para operar en condiciones de nieve.

La semejanza entre ambos modelos provoca que a los maquinistas asturianos les baste dos días de curso para lograr el permiso de la S-730.