La mejor forma de tomar una pastilla, según la ciencia

Las pastillas son el remedio para escapar del malestar y el sufrimiento y un recurso habitual entre los españoles. Sirven para apaciguar el dolor muscular, el menstrual, el de cabeza, la artrosis o incluso una resaca. Según datos del Ministerio de Sanidad, el consumo de analgésicos en España se elevó el último año un 11,38 por ciento respecto a 2020. Se recetaron 117.586,29 envases.

Aunque el método para tomar una pastilla parece carecer de excesiva enjundia -a priori basta agua y voluntad-, un nuevo estudio científico desarrollado por investigadores de la Universidad John Hopkins de Estados Unidos y publicado en 'Physics of Fluids' revela que la forma de tomar un medicamento influye de manera significativa en la velocidad con la que el cuerpo lo absorbe.

De hecho, el trabajo documenta diferencias de incluso más de una hora en función de la postura corporal a la hora de ingerir la pastilla. ¿Por qué? La mayoría de los medicamentos comienzan a funcionar cuando el estómago vierte su contenido en el intestino.

Por eso, cuanto más cerca quede la pastilla de esa parte del sistema digestivo, antes hará efecto y a ello afecta la postura, con la acción de la gravedad y la asimetría natural del estómago como factores determinantes. El análisis simula la mecánica de la disolución de un fármaco en el estómago humano y la dinámica de fluidos.

La mejor postura para ingerir una pastilla es tumbado sobre el lado derecho del cuerpo. De este modo, la absorción se acelera hasta convertirse en 2,3 veces más veloz que en otras posiciones, como recto o boca arriba. De estar recostado sobre el lado opuesto, el efecto es el contrario. Tumbarse sobre el costado izquierdo es la peor forma de tomar una pastilla.

Los plazos de absorción varían sensiblemente: tumbados sobre el lado derecho rondan los 10 minutos, boca arriba se elevan a 23 minutos y tumbado sobre el lado izquierdo, el plazo se dispara hasta los 100 minutos.

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