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Pablo Insua, el domingo, con Varane, tras marcar el gol de la victoria en la prolongación. Arnaldo García

Insua, líder silencioso del Sporting

El central, que acaba contrato y cuya renovación tiene pendiente el club, se reivindica tras su último gol

Javier Barrio

Gijón

Lunes, 18 de septiembre 2023

«Un líder silencioso», le describen siempre en Mareo. Incluso en el vestuario. Pablo Insua (Arzúa, La Coruña, 1993) hace poco ruido. En apariencia. Porque ... su fútbol es regular, fiable e influyente. El domingo, en un arte que no es el suyo, quitó el corcho a un partido que el Sporting batallaba por desnivelar a la heroica. Lo hizo con un gran gol de cabeza en la prolongación, en una de las últimas acciones del partido, poniendo patas arriba El Molinón. Después, con las pulsaciones en reposo, se quitó relevancia en el tanto, nacido de un córner botado por esa zurda de cirujano que cubre el lateral izquierdo: «Todo es mucho más fácil con Cote. El 90% de los balones, los pone perfectos; que no los metamos es culpa nuestra». Cuando Insua habla tampoco busca hacer ruido, aunque su crítica hacia los autores de la pedrada al autocar del Sporting antes del derbi rebelaron esa personalidad y liderazgo 'invisibles': «A veces, hay animales que son mejores que humanos».

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En el Sporting, Insua ha recuperado la estabilidad y nivel que perdió de vista tras su salida definitiva del Deportivo, con destino a la Bundesliga, al Schalke, en una operación que se cifró en su día en casi cuatro millones de euros. Arrancaría así una etapa turbulenta de su carrera, preñada de contratiempos, pero contenida a raíz de su aterrizaje en Gijón el pasado verano. En 2021, durante un entrenamiento con el Huesca, se rompió el ligamento cruzado de su rodilla derecha. Un par de años antes, durante un partido contra el Girona con el equipo de El Alcoraz, había tenido una grave lesión en su rodilla izquierda. Y todavía más atrás, en el Schalke 04, se vio obligado a parar por una pericarditis. Un episodio difícil para él y sus familiares. Entre ellos, sus padres, Fernando y Marisa, y su hermano 'Nano'. De cuando en cuando, los tres se dejan ver por El Molinón como aficionados anónimos, mezclados entre el sportinguismo. Su progenitor alcanzó la Tercera con el Bergantiños. De él, sostienen los que le conocen, heredó Insua ese carácter serio, aplicado y discreto, prefiriendo siempre el segundo plano.

Llegado hace algo más de un año a Gijón como una apuesta de Abelardo, quien le llamó varias veces para hacerle ver la confianza que tenía en él, y de Fran Rico, hoy segundo entrenador de José Luis Mendilibar, el curso pasado lo terminó con 3.010 minutos disputados, su mejor registro de los siete últimos años, festejando de paso un par de goles. Las celebraciones las tenía algo oxidadas. Antes de llegar a Gijón, su último tanto lo había marcado en enero de 2017, en un partido de Primera con el Leganés en Mendizorroza. «Si las lesiones le respetan y coge la forma, es un jugador de Primera División», valoraron el pasado verano en Mareo antes de contratarle. Con el del domingo (un tanto con más trabajo de laboratorio de Ramírez y Endika Gabiña del que parece en un primer vistazo), ya lleva tres goles con el Sporting.

Jugador muy querido en el vestuario, inseparable de 'Cali' Izquierdoz, Insua termina contrato el próximo 30 de junio. En el acuerdo que firmó con el club no hay cláusulas para una ampliación a un tercer año en función de méritos deportivos, por lo que el Sporting tendrá que analizar en breve su situación, puesto que en enero podrá negociar ya su futuro con libertad. En el club gijonés, en ese sentido, hay una gran valoración del futbolista gallego, de 30 años -los cumplió curiosamente en la disputa del derbi en el Tartiere-, considerado un jugador capital dentro y fuera del campo y estando aún en una edad muy interesante. Pero, hasta ahora, en Mareo se consideraba una prioridad poner el broche al mercado, que finalizó a principios de mes, y, a partir de ahí, comenzar a tratar casos como el de Insua antes del cambio de año.

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Sin 'Luna de Miel'

Casado en el verano con su novia de toda la vida, Jhoana, con la que tienen una hija pequeña, Melissa, que el domingo iba caminando al campo con la camiseta de su padre, al enlace en La Coruña asistieron numerosos compañeros, como Izquierdoz, Zarfino, Jony, Valentín, Mariño... Síntoma del respeto y cariño que se le profesa en el vestuario. La boda, eso sí, no culminó con la tradicional 'Luna de Miel'. Unos días después del evento, Insua llegaba a Mareo para los reconocimientos médicos y el inicio de la pretemporada. Responsabilidad y liderazgo. Con apenas 21 años, ya llevó el brazalete de capitán del Dépor en Primera. Síntoma de que es más de lo que insinúa.

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