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Iván Iglesias, con algunos de los niños que participan en su campus detrás, en el campo de fútbol de la Laboral. PALOMA UCHA

Iván Iglesias

Exjugador del Sporting
Iván Iglesias: «Pachuca hizo una apuesta más fuerte que Orlegi por ascender»

«El paso adelante que se pide a los jugadores del Sporting tiene que darlo también el club, a veces parece que no lo dan»

Domingo, 20 de julio 2025, 00:06

Iván Iglesias (Gijón, 1971) es un hombre de fútbol. Desde que llegó a Mareo siendo un niño lleva ligado a un deporte, el suyo, ... que le dio una carrera en la élite y del que no quiso separarse cuando colgó las botas. Exfutbolista del Sporting, Barcelona, Real Oviedo y Rayo Vallecano, entre otros, optó entonces por la formación, poniendo en marcha una escuela junto a Juanele y José Antonio Novo, además de Nacho López. El campus de verano que sacaron adelante, cuando en Gijón «solo estaba el del Sporting», cumple ahora veinte años. Una oportunidad para charlar con un futbolista con el poso suficiente para analizar lo que ocurre con este deporte en la región.

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–Dos décadas de campus.

–La verdad es que presta mucho que se mantenga y perdure la idea que teníamos cuando dejamos el fútbol profesional: transmitir lo que habíamos aprendido. Y por encima de todo montar una escuela y un campus en el que inculcar deporte, buenos hábitos. Con el paso del tiempo te llena de orgullo y es muy gratificante. Hacemos dos turnos en julio de quince días con mucho fútbol, pero también actividades lúdicas, deportivas, juegos autóctonos, excursiones... un poco de todo. Antes estábamos en la calle experimentando (ríe). Ahora son dirigidas, los padres pueden conciliar y los chavales se divierten.

–¿Tenían mucha competencia hace veinte años?

–Estábamos nosotros y el Sporting. Buscamos un campus más lúdico partiendo de mucho fútbol, pero con más actividades. Que aguantes todavía es que a las familias les gusta. Además, somos 'partners' del Barça.

–Trabajó con entrenadores de altísimo nivel como Johan Cruyff y Luis Aragonés. ¿Nunca pensó en seguir en los banquillos?

–Creo que es muy difícil. Intento gestionar lo que tengo bien interiorizado y puedo transmitir. Llevar un vestuario profesional no es solo tratar con los jugadores, hay muchas cosas por fuera y no me apetecía. Estudiaba Magisterio y tenía claro que cuando dejara el fútbol profesional iba a dirigirme a los niños. Montamos una escuela con gente muy afín a mí y sin interferencias de fuera. Nunca aspiré a ser entrenador.

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–¿Acaba uno cansado de la competencia extrema?

–Un poco sí. El fútbol profesional de ahora no es solo, entre comillas, un deporte, hay muchas más cosas. Conocí la conversión de los clubes de ciudad, que eran deporte y fútbol 100%, a las sociedades anónimas. Ahí llega la representación, las televisiones, más gente y empresas alrededor... cambió muchísimo. No me apetecía, preferí estar tranquilo con los chavales.

–¿Con qué edad tuvo su primer representante?

–Muy tarde. El fichaje del Barça lo hice en casa con mi familia. Me llamó directamente Charly Rexach, segundo entrenador, algo que ahora es impensable. Luego cogí un representante cuando me fui para el Oviedo. Estaba negociando con varios equipos y quería abstraerme un poco, me estaba afectando a nivel personal. Llamé a Gorka Arrinda casi como un SOS. Era la época en la que la figura del representante empezaba a emerger y le dije los parámetros de lo que quería, pero que lo negociase él. No tenía firma con él, me hizo ese favor y no trabajamos más. Cuando acabé en el Oviedo, en el 2000, estuve con Eugenio Botas. Ahí, sin representante, es muy difícil, como es ahora.

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–Ahora se ven niños muy jóvenes con representante.

–Me parece una locura. Siempre pongo el mismo ejemplo. Nosotros estábamos en la calle jugando y no pensábamos en nada más, disfrutábamos. Tuve la suerte de estar en el Sporting desde pequeño hasta el primer equipo. Veía tan complicado llegar que no pensaba en ello. Ahora es al revés. Nosotros inculcamos deporte, no llegar a la élite, que disfruten el día a día, mejoren y a partir de ahí se verá dónde llegan, que es algo que nadie sabe. Es contraproducente meterle a un niño la idea de la élite, el tienes que llegar. Le quitas de su perspectiva de divertirse, jugar y nada más.

–A la élite quiere llegar el Sporting. ¿Cómo ha visto al equipo la pasada temporada?

–Vi un equipo irregular, en ningún momento para meterse arriba. Es complicado, aunque El Molinón se llena, se va perdiendo la pasión. Hay ocho bajas, ocho altas, no se forma una base. Es importante tenerla e ir apuntalando en función de lo que necesites. Y luego está la cantera, a la que se mira muy poco, y meto al Oviedo en este saco. Su presente y su futuro debe ser la cantera. El Oviedo parece que invirtió más en jugadores y le salió mejor, aunque no es directamente proporcional. Me falta más apuesta deportiva en el Sporting.

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–Hablamos de dinero.

–Puede ser un poco todo, también tener cantera, pero es algo que tampoco ves. Si no, tienes que ir a dinero. Ahora en el fútbol profesional es difícil fichar. Pero no hace falta meter dinero, Asturias tiene nivel de futbolistas y lo primero es mirar lo que hay aquí.

–¿Qué le parece Asier Garitano?

–No lo conozco. Por lo que veo es un entrenador que funciona un poco a expensas del rival. Me consta que conoce bien el fútbol de Segunda, que se prepara mucho los partidos. A partir de ahí es un poco el jugador. Hay un dicho que reza 'prefiero un futbolista con alguna virtud que uno sin ningún defecto'. Muchas veces necesitas ese jugador diferente. Ahora ficharon a Gelabert, pero me siguen faltando más jugadores de ese nivel con potencial ofensivo. El entrenador puede apuntalar defensivamente bien, pero nos faltaría esa parte arriba diferencial.

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–El eterno delantero que nunca llega.

–Sí. También el mediocampo. Ahora se va Nacho (Méndez). Veo pobre esa parte, que es vital en cualquier equipo. Por ahí necesitan, aunque han traído a Corredera.

–No le veo con mucha fe.

–Hasta que el balón no empiece a rodar, no veo mucha opción. Vemos cómo quedó el equipo el año pasado y prácticamente es el mismo.

–¿Está en peligro el Sporting de perder la categoría profesional?

–No veo un peligro real a corto plazo, pero las diferencias en Segunda son mínimas. El objetivo debe ser asomar la cabeza arriba.

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–¿Vio el partido del ascenso del Real Oviedo?

–Sí, en televisión. Fue una alegría, como asturiano y por ser el equipo con el que más jugué en Primera. Lo merecían, por la afición, la ciudad, lo que representó el Oviedo en el fútbol profesional. No había ningún equipo de élite que llevara tanto tiempo fuera, 24 años son muchos años. Todos estaban ansiosos de llegar. El Grupo Pachuca hizo una apuesta más fuerte que el Grupo Orlegi por intentar meter el equipo en la élite y al final dio resultado.

–¿Le queda el resquemor de que el Sporting no lo lograra?

–Sí. Más pronto que tarde el Sporting subirá. También llegará, pero ese paso adelante que se pide a los jugadores tiene que darlo también el club. A veces parece que no lo dan. El Oviedo siempre transmitió que buscaba el ascenso y aquí no se dijo. No sé si no se cree en ello o se dice con la boca pequeña, pero al final el subconsciente te puede traicionar y necesitamos que todo el mundo dé un paso adelante para llegar a la élite.

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–¿Qué papel jugará el Real Oviedo la próxima temporada?

–Partiendo de que es muy difícil, porque al final compites con un presupuesto menor y hoy por hoy hay mucha diferencia con Segunda, el objetivo debe ser mantenerse. Va a ser complicado, pero el campo se va a llenar cada quince días y el club va a estar ahí. Puede conseguirlo perfectamente.

–¿Qué le parece la decisión de Santi Cazorla de seguir un año más?

–Me parece bien. Él se ve bien, con ganas. Si sigue con la motivación de querer continuar jugando al fútbol, lo veo muy bien. Puede estar con el Real Oviedo, su equipo de siempre con el que acabar en Primera.

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–Vive de cerca el fútbol base de Gijón. ¿Qué opina de la cantera del Sporting?

–Se ven pocos frutos, ya no a nivel de base, que ves poco, pero al primer equipo también están llegando pocos. La última hornada fue la de Gaspi, Pablo, con Javi Rico de director técnico. Salieron en época de pandemia, con necesidad, y dan resultado. A la cantera hay que potenciarla e invertir en ella. Antes de mirar para afuera hay que mirar ahí. Ahora hay cambios, con Emilio. Sería ideal que todos los equipos de Gijón trabajaran para el Sporting. Asturias siempre dio jugadores y si lo trabajas y miras por ello llegan los resultados.

–¿Se ha mirado demasiado hacia fuera?

–Es lo que veo. Antes de mirar afuera tengo que ver lo que hay en casa. Si hay un chico al que le veo proyección tengo que contar con él y trabajarlo para que llegue al primer equipo. No tengo que ir fuera a traer chavales que puedan tapar esas posiciones de otros a los que ves con nivel. Eso se ve rápido. Si lo hacen en el Barça, ¿por qué no se puede hacer aquí?

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–Usted debutó en Primera con el Sporting a los veinte años.

–Debutamos cinco de una tacada el primer partido de Liga en Valladolid. Teníamos un entrenador de la base como Ciriaco Cano que miraba mucho por la cantera. Todos tenemos que ir en la misma línea, tanto los que están en el organigrama de Mareo como los del primer equipo. Ya me llegaron cosas de secretarios técnicos del primer equipo que no conocían la Tercera asturiana.

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