«La Santina une y el Sporting de Gijón también lo hace»

Ataviada de rojo y en una mañana gris, con momentos de orbayu incluso, recibió La Santina de Covadonga la tradicional visita y ofrenda de la primera plantilla del Sporting de Gijón. «El mundo del fútbol nos da la oportunidad de reinventarnos en cada fin de semana, no digamos ya en cada temporada», predicó desde la Santa Cueva David Guerra. El presidente ejecutivo encabezó la visita de la delegación rojiblanca, en la que estuvieron todos los representantes del cuerpo técnico de Asier Garitano, los jugadores de la primera plantilla y otros miembros del club.

Aprovechando la excursión, el Sporting visitó en la mañana de este jueves los Lagos de Covadonga. «Desde allí hemos podido contemplar las vistas, el camino y sus piedras y dificultades», dijo Guerra trayendo la metáfora a la temporada futbolera. Una que para los rojiblancos tuvo ayer su primer encuentro, con victoria por 1-3 en el amistoso ante el Marino de Luanco en Miramar. Guerra se mostró «sorprendido» por el cariño de la afición en ese encuentro no oficial. Para ella tuvo palabras de elogio: «El cariño de ayer en Luanco y en cada partido que jugamos es lo que hace grande a este club. Los aficionados son exigentes, pero también son los primeros en darnos su apoyo. Estamos muy agradecidos y comprometidos».

Desde el Santuario asturiano, el presidente sportinguista reivindicó que se está «construyendo un equipo que represente a la afición» y cerró su discurso con el mismo eslogan que unos minutos antes lo había hecho el capellán del club, Andrés Fernández: «Puxa La Santina y Puxa Sporting». Y es que la visita de este año no era una más, con los 120 años que cumple el club. «Más de un siglo de gloria, de lucha y fidelidad a unos colores que son bandera de nuestra gente», sintetizó Fernández a los allí presentes, en una jornada con centenares de fieles que aprovecharon el día para acercarse hasta el Santuario. «Que cada partido sea una oportunidad para vivir con alegría y esperanza» fueron los deseos para el curso que arrnaca del capellán, apelando a que «La Santina une, el fútbol une y el Sporting también lo hace».

Deseando que esta temporada de «año jubilar sportinguista» esté llena de «fraternidad», Fernández cerró su intervención pidiendo amparo a La Santina. Después, llegó el turno de la ofrenda a la virgen asturiana en la que el jugador más veterano de la plantilla, Kevin Vázquez, y el más joven, Diego Sánchez, le hicieron el acto simbólico de entrega de una camiseta y un balón de fútbol. La primera plantilla aprovechó el viaje para comer en Cangas de Onís, en una de las pocas jornadas sin sesión de trabajo en Mareo.

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