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Asturias Innova: Un ecosistema innovador para impulsar la economía de la región

Un ecosistema innovador para impulsar la economía de la región

433 empresas asturianas desarrollaron proyectos de transformación digital entre 2015 y 2019, por 143,4 millones, de los que 68,8 fueron ayudas RIS3

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Domingo, 19 de enero 2020, 17:15

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Más de cuatrocientas empresas, 433, beneficiadas, 327 proyectos desarrollados en cooperación con centros de investigación, 862 investigadores de 'nuevo cuño' y 143,4 millones de euros invertidos entre 2015 y 2019, de los que 68,8 procedieron de una subvención de Asturias RIS3. Se trata del Research and Innovation Strategy for Smart Specialisation o, lo que es lo mismo, el programa europeo de Estrategias de Innovación para la Especialización Inteligente, «una nueva forma de enfocar la promoción económica regional». Es, en definitiva, una estrategia global de transformación de los territorios donde las ayudas están destinadas a «pagar la innovación. Lo invertido tiene que revertir en riqueza».

El programa europeo, que en nuestra región echó a andar en 2015, supuso un «cambio de mentalidad» tanto para la administración como para las propias empresas. Porque se pasaba de una subvención sin condiciones a unas ayudas en las que sus receptores tendrían que pensar en nuevos desarrollos de productos o servicios orientados hacia aquellos sectores que pudieran ejercer una «capacidad de arrastre» sobre la sociedad y sobre el tejido empresarial.

Para ayudar en el enfoque, un comité liderado por el Principado, con el Idepa a la cabeza, y en el que participaron representantes de la Universidad de Oviedo, de empresas -innovadoras y tractoras-, y del mundo científico asturianos, definieron 17 prioridades temáticas que agruparon en seis campos de especialización. Su elección respondió a «las evidencias de las fortalezas existentes respecto a los conocimientos científico-tecnológicos y a las capacidades industriales de la región». Dos de ellos, el polo industrial del acero y el del envejecimiento y calidad de vida, se rigen por un enfoque hacia la actividad económica y sus mercados mientras que los otros cuatro se plantean por «interrelaciones regidas por las tecnologías».

Situación de ventaja

El abanico de posibilidades abierto era muy importante y esa necesidad de configurar un liderazgo industrial a través de la tecnología, al tiempo que se ponía el punto de mira en nuevos mercados y se iba creando un nuevo modelo de gestión del territorio -conciliando crecimiento económico con desarrollo sostenible y retos sociales- era realmente prometedor. Estaba sobre la mesa un potente instrumento para exprimir los recursos de la región, de multiplicar el retorno de generación de riqueza y de crear nuevos puestos de trabajo y todo ello en áreas donde Asturias podría posicionarse en ventaja respecto a otras regiones del entorno.

Pequeñas y medianas empresas se pusieron manos a la obra y comenzaron a brotar proyectos con un cometido: especializarse y aprovechar sinergias para ser más competitivos. Posibilidades de ayuda que ofrece el Idepa, todas: desde subvenciones para proyectos de I+D o Innovación, hasta cheques tecnológicos o capital semilla para nuevas empresas innovadoras de base tecnológica. También programas para entrar en proyectos europeos o convocatorias más científicas u orientadas a la carrera investigadora, ejecutadas a través de la Ficyt.

Tres campos de especialización marcaron el camino: el de suministros y tecnologías para redes, que acapara el 28% de las subvenciones concedidas (19,1 millones); el de materiales, con el 21% (14,3 millones) y el de nuevos modelos de producción, con el 20% (13,6 millones). Tres patas firmes de esta estrategia de innovación que destacan en porcentajes y cuantías por el propio tamaño de las empresas que están detrás de los proyectos. En estos ámbitos se mueven compañías como ArcelorMittal, ThyssenKrupp, Química del Nalón, Tudela Veguín, Alcoa, Gonvarri, Saint Gobain, Olmar, Izertis, Iturcemi o TSK.

Los proyectos abarcan desde las pasarelas de embarque de pasajeros hasta el desarrollo de vidrios para el cultivo de microalgas, o la nanotecnología aplicada al desarrollo de nuevos aceros, o al de materiales que mezclan grafito y grafeno pasando por la depuración ecoeficiente o la investigación y desarrollo de tejidos corneales por impresión 3D a partir de biotintas de origen humano.

Otros ámbitos

Los dos campos de especialización que parecen estar a la cola de esta RIS3, cuya último año de vigencia será este 2020, son el relacionado con la salud y el de los mercados agrolimentarios. No quiere decir, sin embargo, que su potencial sea menor puesto que, por ejemplo, esta última área, la agrolimentaria, concita un gran interés a nivel regional y se plantea como una línea fundamental de crecimiento. Sin embargo, el tamaño de las empresas que aglutina condiciona el peso de este campo. ¿Qué proyectos han sido subvencionados en él? Desde uno para la cristalización de la lactosa, de Industrias Lácteas Asturianas, a otro sobre el desarrollo de una iluminación artificial inteligente basado en tecnología led y nir (infrarrojos) para aplicaciones en agricultura, de Luminalia, o un prototipo para el lavado de botellas llenas, de Remoin, o la investigación para la búsqueda de un estándar de calidad visual en la sidra, de Valle Ballina y Fernández.

Sea en uno u otro campo, lo que ha quedado claro, según explica la directora general del Idepa, Eva Pando, es que «se ha comenzado a tejer un ecosistema innovador, en el que se busca la especialización. Las empresas pequeñas, para acceder a un mercado global tienen que ganar masa crítica y si se centran en algo y tienen un ecosistema en el que apoyarse, pueden llegar a ser un referente que les permita meterse en cadenas o mercados globales de valor». Y pone un ejemplo: «Si somos capaces de especializarnos en eólica 'offshore', como parece que es una línea que podemos tener, hay pocas regiones en el mundo que lo estén. Si somos capaces de poner una chincheta aquí te vendrán a buscar para meterte en esas cadenas de valor».

Próxima RIS3

En este último año de desarrollo de la RIS3, el Principado se encuentra en pleno proceso de evaluación intermedia. Para el próximo periodo, que comprenderá entre 2021 y 2027, explica Eva Pando, la estrategia también se extenderá a más apoyo a las pymes, a la digitalización, la internacionalización y la inversión. «Se extenderá la forma de trabajar para la I+D, pero también para otras políticas de respaldo porque la especialización ha venido para quedarse».

Los esfuerzos en este año se dirigirán a proyectos estratégicos de I+D para empresas «que quieran abordar centros privados de investigación y desarrollo, quieran hacer I+D de manera más estable y recurrente». Es decir, lo que el Principado pretende es que cunda el ejemplo de los centros de I+D que asientan en la región dos grandes como ArcelorMittal y ThyssenKrupp.

¿Y en qué se está pensando? En que Asturias es una región industrial «que quiere seguir siéndolo, pero las empresas o se transforman a través de tecnología o será difícil que se mantengan competitivas», señala la directora general del Idepa. «Somos una de las pocas regiones de España que tenemos un porcentaje del sector industrial en el Valor Añadido Bruto por encima del 20% y si queremos seguir manteniéndolo el camino es la digitalización». A pesar de que los datos son halagüeños, para Eva Pando queda aún mucho recorrido. «Las empresas tienen que apostar por la innovación y creérselo un poco más. No ver la innovación como una manera de acceder a fondos públicos sino que realmente crean que les va a servir para ser más competitivos». Por su parte, el Principado se compromete a garantizar que las empresas con una innovación potente «tengan todas las facilidades. Y ofrecer un ecosistema especializado va a ayudar a que haya cada vez más empresas que entren en este juego, especialmente las pymes, a las que hay que involucrar más».

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