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El rector de la Universidad de Oviedo y la directora general de Universidades con los 28 primeros alumnos del Campus Científico de Verano. :: JESÚS DÍAZ
Asturias

El Principado discrepa del rector y rechaza la supresión de la PAU

«No todos los alumnos pueden desplazarse por la geografía española para hacer pruebas de acceso», mantiene Miriam Cueto

EVA MONTES

Martes, 3 de julio 2012, 02:38

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La letra no la conoce nadie, pero la música que tarareó el ministro de Educación el fin de semana sobre la desaparición de la PAU, le gusta más al rector que al Principado. José Ignacio Wert anunció que en la reforma educativa que presentará en otoño incluirá la desaparición de la Prueba de Acceso a la Universidad, sustituyendo la cualificación académica que otorga por una evaluación estatal, fuera del control universitario, al final del Bachillerato. No obstante, el ministro puntualizó que las universidades podrán realizar los exámenes de acceso que consideren oportunos, pensando probablemente en los estudios con numerus clausus.

El pasado sábado el rector de la Universidad de Oviedo señaló que «la nueva medida no nos molesta, porque la selectividad, tal y como está planteada, no selecciona nada. Este año aprobó el 92% y el año pasado, el 95%», al tiempo que apuntó que si los alumnos vienen adecuadamente preparados de Secundaria y Bachillerato, «la supresión de la PAU no tiene por qué ser mala». Ayer Vicente Gotor, quien recibió a los primeros alumnos del Campus Científico de Verano en compañía de la directora general de Universidades del Principado, insistió en que «la selectividad no es selectiva y está claro que hay que cambiar. Vamos a ver cómo se puede hacer».

No obstante, el rector pospuso su pronunciamiento definitivo sobre la cuestión a conocer más el proyecto ministerial. «Hay que estudiarlo», dijo, en el mismo sentido en que se manifestó la directora general de Universidades, quien también confesó no conocer el proyecto. Sin embargo, las generalidades avanzadas por Wert no generan buenas vibraciones a Miriam Cueto. «En principio, que cada Universidad realice sus propias pruebas no me parece bien, porque podemos caer en que, al final, el acceso a las universidades privadas sea mucho más fácil».

Argumenta la experta en Derecho Administrativo que «no va a estar al alcance de todo el mundo viajar a lo largo de toda la geografía española universitaria para estudiar determinadas carreras. Un alumno que quiera entrar en Medicina y su familia no tenga capacidad económica, no va a poder permitirse hacer cinco, seis o siete pruebas de acceso, cosa que van a poder permitirse otros. Cualquier proyecto que vaya en esa dirección no nos va a parecer bien en el Gobierno del Principado».

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Vicente Gotor, con una visión más académica que política, va un paso más allá y señala que «lo que he defendido, si fuese posible, es la realización de pruebas selectivas donde va a estudiar el alumno. Si uno quiere estudiar Química que tenga, por lo menos, conocimientos de química, porque ahora se pueden matricular sin haber dado Química en Bachillerato. Y eso no tiene mucho sentido».

Pero no le gusta la palabra reválida. «Suena a antiguo», dijo, «pero habría que hacer alguna prueba de selectividad», insistió, frente a lo que Miriam Cueto se mostró más escéptiva. «Ese tipo de reválidas que tratan de igualar a veces no llevan a los resultados deseados», afirmó, antes de volver «a lo que realmente a mí me preocupa, las carreras con límite de plazas».

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990 estudiantes en la PAU

Mientras se discute el futuro, hoy, a las cuatro menos cuarto de la tarde, 990 estudiantes comienzan la Prueba de Acceso a la Universidad en su convocatoria extraordinaria, la que antes se celebraba en septiembre. Durante tres días realizarán los exámenes de la fase general y de la específica los que podrían ser los últimos alumnos de la PAU.

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