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Javier Fernández estampa su firma en el libro de honor de la Fidma, ante Gabino de Lorenzo, Félix Baragaño y Carmen Moriyón. :: LUIS SEVILLA
Asturias

Javier Fernández pide un «ambicioso pacto» entre políticos y agentes sociales

«No quiero hablar de brotes verdes ni de luz al final del túnel, pero sí quiero huir del fatalismo», dijo Gabino de Lorenzo

EVA MONTES

Sábado, 4 de agosto 2012, 21:27

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Entre el desánimo y la arenga. Así se desarrolló el acto inaugural de la quincuagésimosexta edición de la Feria Internacional de Muestras de Asturias, en el que la crisis y, sobre todo, la economía, tomaron carta de naturaleza en todas y cada una de las cuatro intervenciones que jalonaron la puesta en marcha del certamen empresarial más importante de Asturias. Y desde todas las perspectivas. La local, en boca de la alcaldesa. La empresarial, a través del presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación. La regional, en la persona del presidente del Principado, y la nacional en las palabras del delegado del Gobierno. Ninguno quiso esquivar la pesadumbre pero todos, cada uno a su manera y en su nivel, hicieron acto de fe sobre nuestras propias capacidades políticas, sociales y empresariales de repunte. Siempre de la mano.

Pero si en algún momento hubo un giro en el discurso, ése lo dio Javier Fernández. A sabiendas. Defendiendo el indisoluble matrimonio entre la economía y la política. Y para muestra extrapoló su propio pensamiento al de Bill Clinton, con su famosa frase electoral: 'Será la economía, estúpido'. «Yo voy a arriesgarme, a remar contra corriente y a lanzar otro eslogan: 'Será la política, estúpido'. Porque será la política, la acción política ,y no la renuncia a la política, la que se impondrá a la recesión. Y se ve en Europa a diario».

Y a partir de ese germen, construyó el presidente del Principado un hilo conductor que ató las necesidades económicas de España con las de Asturias, y ambas, con las de Europa. Pero sin entregar la plaza a los poderes económicos. «Mi Gobierno trabaja por una Asturias de triple calidad: económica, social y democrática, y no abdicaré de ninguna de ellas por dura que sea la crisis ni por fuerte que sea la presión ideológica. No sacrificaré la calidad social en aras de la calidad económica, ni viceversa, porque no existe incompatibilidad alguna entre ambas, salvo en la obcecación ideológica dominante».

Apenas levantó la vista de sus folios, pero no por ello era ajeno a las especiales características de un auditorio trufado de empresarios, políticos y sindicalistas. Y a todos ellos les pidió, en el caso de sus consejeros se lo exigió, que «sean ambiciosos, renovadores y conscientes de la situación. Buscamos un compromiso estratégico de largo aliento entre los representantes políticos y los agentes sociales que atienda, con ambición, los requerimientos que el sistema político y la sociedad imponen».

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Pero no se quedó en su ámbito autonómico sino que, en un constante deambular entre la política regional, la nacional y la europea, Javier Fernández confesó aspirar a que «la concertación que firmemos en Asturias sirva de referencia, porque, lo digo sin aspavientos dramáticos, España precisa pactos y eso exige gobernantes y fuerzas políticas con capacidad para hacerlos, no acuerdos domésticos, de cierres de filas, impuestos por la disciplina de partido. Esas exhibiciones de unidad forzada por el carné partidista no bastan. España necesita un doble acuerdo, social y político, con independencia de cómo se formalice». Y para ello afirmó, rotundo, que «el Gobierno de España debe recuperar la cordura social».

En ese momento, sin mencionar en ningún momento a Rajoy, Guindos, Soria o Montoro, el presidente del Principado, quien asumió que los gobernantes tienen que tomar medidas impopulares, aseveró que «no se es más fuerte, sino más ciego, por ser ajeno al clamor que protesta contra las decisiones injustas, afecten al sector que afecten, sean funcionarios, mineros o dependientes. A estas alturas, todos deberíamos saber que no es posible el buen gobierno cuando la mayoría política se distancia de la mayoría social. Y ese acuerdo social que propongo debe estar cimentado en un pacto político e institucional».

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«Europa es la garantía»

Quien no compartió ese criterio de política equivocada fue el delegado del Gobierno en Asturias, previendo, probablemente, el sentido de las palabras del presidente del Principado, que, por protocolo, hablaría después de él, cerrando el acto inaugural de la Feria de Muestras de Asturias. Gabino de Lorenzo defendió, sin exageraciones, la política del Gobierno al que representa como inevitable porque «Europa es la garantía. Es dura y difícil, pero sería un tremendo error no entenderlo así. Seguir sus recomendaciones económicas es el único camino posible. Quien piense lo contrario está al margen de la realidad. Porque lo que se hace por hacer caso a Europa es evitar un rescate duro».

En ese mismo sentido, el delegado del Gobierno anunció «más recortes, porque España está embarcada en un proyecto reformista muy difícil, sin precedentes, que implica grandes sacrificios, pero les aseguro que se sabe a dónde tenemos que ir, aunque el objetivo se alcanzaría mejor con el concurso de todos»

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Ese concurso, si bien con la premisa del diálogo y del pacto, fue en el que incidió Javier Fernández constantemente y mirando en todas las direcciones, desde el pacto fiscal propuesto por Cataluña, que rechaza, hasta la reforma autonómica que afrontaría «de frente», consciente de que «si la crisis está siendo arrasadora para la economía, también está devastando la política». Pero ello no fue óbice para que aludiera el presidente del Principado la serie de asignaturas pendientes con Asturias: el AVE, la autovía del Cantábrico o la salida de la energía eléctrica.

El referente de la Feria

El mensaje medianamente optimista lo dejó para el final, cuando confesó que «yo sé qué futuro quiero, pero no acierto a calcular cuánto tendremos que resistir para ganarlo, pero pido a los asturianos que no se rindan. Porque de lo que estoy seguro es de que la unidad y la determinación, la confianza en nosotros mismos, militan entre nuestros mejores aliados», concluyó, en concordancia con Gabino de Lorenzo quien a pesar de «no hablar de brotes verdes ni de luz al final del túnel», quiso «huir del fatalismo, porque hay salida».

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Y ambos alabaron como ejemplo a la brega la Feria Internacional de Muestras de Asturias. Javier Fernández dijo «su fortaleza es uno de los motores que debe seguir funcionando», y Gabino de Lorenzo agradeció, «personal e institucionalmente el mensaje de confianza en el futuro que supone cada expositor».

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