El retraso del tramo León-La Robla amenaza con dejar Asturias sin AVE hasta 2015
Fomento no iniciará hasta el invierno la redacción del proyecto constructivo de unas vías sin las que el tren no puede circular en la variante de Pajares
RAMÓN MUÑIZ
Lunes, 13 de agosto 2012, 19:54
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El PP asturiano ha fijado, por boca de Ovidio Sánchez y Fernando Goñi, la fecha de «finales de 2014» como probable apertura de la variante de Pajares, una infraestructura que inició en el año 2005 la perforación de sus dos macrotúneles. El nuevo paso está llamado a suponer la entrada del AVE hasta Pola de Lena, pero lo que acontece al otro lado de la cordillera amenaza ese sueño. El ministerio no iniciará antes del invierno la redacción del proyecto constructivo de León-La Robla, un trabajo para el que los técnicos suelen reclamar un tiempo prudencial de alrededor de un año. La aprobación del documento, la licitación de las obras y su ejecución exigen otro periodo nunca inferior a los dos años. Así las cosas, los cálculos más conservadores sitúan a mediados de 2015 la instalación de vías propias de la alta velocidad hasta Pola de Lena.
Uno de los grandes misterios en la obra pública de este país se llama León-La Robla. Resulta difícil de explicar cómo Fomento ha sido capaz de sostener durante siete años la perforación de los macrotúneles de Pajares sin haber logrado acabar en el mismo tiempo los estudios del tramo precedente. Los números son elocuentes. La variante se ejecuta sobre 49,7 kilómetros, exige más de 3.000 millones, ha tenido puntas de trabajo con más de mil operarios luchando contra la cordillera, y todo ello se alumbró con el sueño de traer el tren de alta velocidad hasta Asturias. El problema para ello es que el AVE necesita encontrar las vías que le son propias entre Valladolid y León (segmento que está todo en obras) pero también desde la capital vecina hasta La Robla, punto donde arrancó la variante de Pajares. León-La Robla no llega ni a los 21 kilómetros, todos de escasa pendiente al aprovechar la margen de un río, y su inversión ronda los 200 millones.
Sobre el papel, las dificultades que presentan una y otra obra son muy dispares, pero el proyecto leonés no termina de salir de la fase de estudio. Está en ella desde que en noviembre de 2006 Fomento licitara su definición. En enero de 2010, los técnicos de Prointec entregaron al ministerio todo un estudio informativo terminado, y desde entonces el departamento se ha enredado en trámites y trabajos intermedios.
Un año tardaron Fomento y Medio Ambiente en superar la información pública y dar respuesta a las 23 alegaciones interpuestas. Corría el verano de 2011 cuando EL COMERCIO denunció que el ministerio estaba dilatando «la tramitación del tramo leonés que permitiría la llegada del AVE».
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Tras casi cinco años de papeleo, este periódico acababa de comprobar que en lugar de contratar directamente la redacción del proyecto constructivo (último informe antes de lanzar las obras), Fomento optó por encomendar el asunto a su empresa Adif y ésta había decidido, a su vez, dividir la tarea en cuatro contratos. En una primera fase licitaría un trabajo de cartografía y dos de sondeos geológicos; después, con esos informes, ya encomendaría el proyecto constructivo.
La noticia causó malestar en el ministerio, que llegó a emitir una nota tratando de defender que todo respondía a lo habitual en estos casos, por más que su 'número 2' había dicho meses antes todo lo contrario en una entrevista con este periódico. El comunicado de respuesta detallaba que «para iniciar los trámites de contratación» del proyecto constructivo, esto es, la última fase, el Adif no necesitaba esperar a recibir los informes geológicos ni los mapas. Eso sí, para ponerse a redactar de forma efectiva el proyecto de obra «prácticamente es imprescindible contar con la cartografía terminada».
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Siete años de estudios
Un año después, la realidad vuelve a poner en cuestión aquel argumento. Los «trámites de contratación» del proyecto constructivo siguen sin iniciarse. En cuanto a la cartografía, el pasado mes de noviembre el Adif la adjudicó a Caribersa por 43.739,88 euros (IVA excluido) y un plazo de entrega de seis meses. A preguntas de este periódico, el Adif reconoce ahora que esas labores «ya se han terminado» y que dispone de los planos correspondientes, pero tampoco eso basta para avanzar casillas. Bajo las explicaciones que Fomento ofrecía el pasado verano, con los mapas ya podría iniciar la redacción del proyecto pero hoy el discurso oficial es otro. En el Adif explican ahora que «también es necesario realizar los dos estudios geotécnicos para poder redactar» el último de los informes, el proyecto de obra.
Los sondeos fueron adjudicados en noviembre y diciembre de 2011, con un plazo de entrega de siete meses. La previsión del Adif es la de recepcionarlos «en el tercer trimestre de este año», informa la empresa pública. Luego daría comienzo el último paso en esta fase de estudio, la ansiada redacción del proyecto constructivo. En total, León-La Robla va camino de pasarse siete años en estudios antes de pasar del papel a las obras.
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