Sanidad ahorrará de 13 a 17 millones al año con el aumento de la jornada laboral

De 13 a 17 millones de euros al año. Este es el ahorro («reducción del déficit», en palabras del consejero de Sanidad, Faustino Blanco) que el Principado prevé alcanzar a través del aumento de la jornada laboral en hospitales y centros de salud. La imposición del Gobierno central de incrementar a partir del 1 de julio de 2012 en 2,5 horas la jornada semanal de las administraciones públicas (se pasa de las 35 a 37,5 horas) obligará al personal sanitario y resto de funcionarios a tener que realizar horas de más de aquí a finales de año.

Tal y como adelantó EL COMERCIO, el Principado, a través de la Consejería de Hacienda y Sector Público, remitió a los sindicatos el pasado martes, víspera de fiesta, la propuesta oficial de regulación de la nueva jornada ordinaria en los centros sanitarios de Asturias. Sobre este documento de seis páginas habló ayer, en la Feria de Muestras de Asturias, en Gijón, el consejero de Sanidad, quien adelantó que confía en alcanzar un acuerdo satisfactorio con los sindicatos en la ronda de negociaciones que se iniciarán la próxima semana a través de la Mesa General de la Función Pública y también de la Mesa Sectorial de Sanidad, que el Ejecutivo de Javier Fernández ha decidido recuperar. Las citas están previstas para los días 20, 22 y 23.

Blanco indicó que el documento elaborado por Hacienda y por la Dirección General de la Función Pública es «una propuesta razonable, que busca garantizar la eficiencia y la sostenibilidad del sistema sanitario». El titular de Sanidad rehusó hablar de ahorro o de contención, «lo que hacemos es disminuir el déficit», precisó. Varios son los escenarios que maneja el Principado a partir del 1 de septiembre para los hospitales y centros de salud. Dependiendo de cuál se aplique y de qué acuerdo se alcance con los sindicatos, «la reducción del déficit podría oscilar entre los 13 y los 17 millones de euros al año», abundó Blanco. «Es una medida de eficiencia, no de ahorro», insistió.

Sin entrar en mayores detalles de la propuesta, en parte por respeto a la negociación que se entablará con los agentes sociales, se excusó, el consejero avanzó algunas claves de cómo se hará efectivo el incremento de horas de trabajo.

A diferencia de lo que ocurrirá en el resto de la administración pública asturiana, donde se sopesa aumentar la jornada en media hora al día, en sanidad los tiros irán por otro lado. «En el sistema de salud no se puede programar media hora, no sería eficiente», explicó. En un principio se prevé «integrar en jornada ordinaria lo que se conoce popularmente como peonadas». Esto quiere decir que las horas extra que se abonaban al personal sanitario (mayoritariamente a médicos de quirófano) por la realización de operaciones y de actividad en horario de tarde pasarán a considerarse trabajo ordinario y, por tanto, dejarán de abonarse aunque se realicen.

También se reducirá el empleo eventual: «Ya no tendremos tanta necesidad de contratación», aseguró Blanco. Esta medida afectará fundamentalmente a los trabajadores que eran contratados para cubrir vacaciones, permisos y bajas laborales. Los hospitales concertados no quedarán exentos del recorte: «No tendría sentido que nos ajustáramos todos el cinturón y ellos no», precisó el consejero, que recomendó a los centros de la red concertada a hacer los deberes y «realizar sus propios planes de ajuste». En cuanto al control del horario y la posibilidad de imponer un sistema de fichaje como detalla el documento, Blanco descartó «que vayamos a poner cajetines para fichar. Se supone que cada centro tiene un sistema para verificar el cumplimiento de la jornada».

Críticas del Sindicato Médico

Faustino Blanco precisó que la propuesta no está hecha para que trabajen más, «aunque sí es verdad que lo harán, sino para alcanzar la mayor eficiencia». Recordó en este sentido que la sanidad pública se lleva el 40% del presupuesto regional y de este porcentaje la mitad corresponde al capítulo de personal. A su juicio, se debe preservar que el sistema sea sostenible sin que se altere la equidad y la cohesión social.

El Sindicato Médico (Simpa) mostró ayer sus dudas sobre la voluntad negociadora del Principado y evitó adelantar su postura a la espera de estudiar el documento con mayor profundidad. «Nos chirrían muchas cosas», avanzó el secretario general, Antonio Matador.