Gaitas asturianas por Manhattan

«Los judío serán más ricos, pero son los irlandeses el colectivo más querido de Nueva York». Chema Vega, experto en protocolo astur y colaborador de EL COMERCIO, comprobaba, desde el autobús que le dirigía a Times Square tras finalizar el desfile de San Patricio, cómo la 'ciudad que nunca duerme' mostraba sus respetos y admiración a un colectivo que llevan en su sangre seis millones de neoyorquinos. Unos minutos antes, la bandera de Asturias había ondeado por la Quinta Avenida en honor a los 35 miembros de las bandas de gaitas Villa de Xixón - además de varios de la banda Conceyu de Siero-, que este año han sido las únicas formaciónes españolas en participar en un evento con más solera que la propia nación estadounidense. El país de las barras y estrellas se fundó en 1776 y la Quinta Avenida se tiñó de verde por primera vez para honrar al patrón irlandés catorce años antes.

El punto de inicio de la jornada festiva lo marca cada año, a las 8.30, la misa que tiene lugar en la catedral de San Patricio, concelebrada por el cardenal Primado de Nueva York, el irlandés Timothy Dolan. Al acto, asistió la delegación asturiana en pleno. A pesar de la masiva afluencia de público, hubo una ausencia notable, la del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, que al igual que otras marcas comerciales decidió boicotear los actos por la negativa de sus organizadores a permitir la participación de los colectivos homosexuales en el desfile. Estos colectivos también organizaron protestas y mostraron pancartas al paso de los gaiteros.

Lo que comenzó como una fiesta solo para la inmigración irlandesa es hoy en día un evento multicultural con «una organización modélica», según señalaba Vega, que desde el pasado 11 de marzo acompañó a los miembros de las bandas asturianas en los actos paralelos en los que participaron. Por ejemplo, el que tuvo el domingo pasado con el gaitero asturiano Bras Rodrigo, coordinador del Desfile de San Patricio de Nueva York, como artista invitado en la Jornada Asturiana que organizó el Centro Español de Manhattan.

Entre policías y bomberos vestidos de verde -los cuerpos con más irlandeses en sus filas- destacó un año más el azul asturiano, una presencia que en esta edición «no contó con la ayuda del Gobierno del Principado», lamentaba Chema Vega.