¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
Mercedes Pérez en su floristería, Ikebana, en la calle Valdés Pumarino de Candás J. M. Pardo

Ikebana, la floristería de Candás más emblemática, cierra por jubilación

Mercedes Pérez, tras 25 años decorando hogares y eventos en Carreño, está «agradecida» a la clientela que se ha mantenido fiel en todo este tiempo

Martes, 8 de julio 2025, 22:03

«¿Te has enterado? Cierra Ikebana«. En agosto, una de las floristerías más conocidas de Candás, en Carreño, echará el cierre ... por jubilación. Son 25 años de dedicación a este arte que empezó en un puesto en la plaza de abastos y acabó desembocando en un local ubicado en la esquina de la calle Valdés Pumarino.

Publicidad

Es una aventura que Mercedes Pérez, actual dueña, la recuerda con cariño, «agradecida» a la clientela que se ha mantenido fiel hasta la fecha. El origen de todo esto nació cuando ella y su marido, José Ángel Muñiz, ya jubilado, decidieron reinventarse profesionalmente desde Perlora. «Él trabajaba en una empresa de electrónica de Avilés. No iba muy bien y siempre le habían gustado las flores, en la familia ya había una tienda», recuerda Pérez.

No pasó mucho tiempo hasta que decidieron hacerse con unos invernaderos y, desde allí, comenzaron a exportar flores «a todas partes». Ella «acabó metida» por «giros de la vida», añade, «iba a estar un tiempo nada más, para ayudarlo, y mírame ahora», añadió riendo. El siguiente paso llegó poco después, en 2000, cuando les propusieron hacerse con el puesto Ikebana de la plaza de abastos candasina. «Era una mujer que se jubilaba, igual que yo ahora, y estaba buscando a alguien que se hiciera cargo», contó. Se lanzaron de cabeza, «sin pensarlo», y José «lo sacó adelante, hizo unos cursos y obtuvo una formación. A su lado yo soy un pinche de cocina con las flores», bromeó Mercedes.

A pesar de todo, Ikebana se hizo un nombre y además de llevarse los clientes de la anterior dueña del puesto, empezó a ganarse otros más. Cinco años después surgió la posibilidad de hacerse con un local, se llevaron el nombre con ellos y el resto, añadió la florista, «es historia».

Publicidad

De estos 25 años lo que se llevan, más allá del cariño de su clientela, son las experiencias vividas. «No son sólo las comuniones, las bodas o los funerales», donde siempre estuvieron presentes «para lo que hiciera falta», sino todo en lo intentaron colaborar con la comunidad. Así es como guardan en el recuerdo, por ejemplo, las decoraciones para los pasos de Semana Santa, encargo que tuvieron «durante mucho tiempo» y que sólo hace unos años tuvo que empezar a decir 'no' por falta de manos.

Desde el anuncio de su jubilación, la gente está entre dolida y contenta, «algunos nos echaron la bronca por irnos», pero todos alaban el compromiso durante estos años.

Hasta agosto, Mercedes seguirá recomendando sus creaciones florales y aconseja a cualquiera que quiera entrar en «este mundillo que lo tenga claro, que se forme» y, sobre todo, que tenga «la ilusión».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad