Perlora, la «gran alfombra de basura» que recibe al turismo

Para muchos visitantes y durante muchos años, la carreñense Ciudad de Vacaciones de Perlora fue la imagen que se llevaron de Asturias tras un agradable veraneo. Hoy por hoy, no es así. Pasan los años y Perlora se va degradando cada vez más. A pesar de su antiguo esplendor, este verano se vuelve a enfrentar a una situación a la que no se da salida, y no porque no haya quién la denuncie. Son acumulaciones de basura en plenas zonas de teórico disfrute que cada día crecen más, para desesperación de los vecinos y disgusto de los turistas. Lo que más está destacando en pleno verano «es la falta de limpieza de todas las zonas verdes, sobre todo alrededor de los contenedores». Esa es la línea de la mayoría de las quejas, en las que algunos de los más asiduos a los arenales y praderías de Perlora lo denominan ya «una gran alfombra de basura» que lo cubre todo.

La indignación no es poca para Elena Fernández, venida de León, pero fiel bañista de Perlora desde hace 50 años, cuando apenas era una niña; «lo que vimos mi marido y yo hacia la playa de Carranques no tiene nombre, la zona está completamente invadida de basura». Su queja se suma a los comentarios de visitantes de toda Asturias, sorprendidos de que se haya llegado a tales extremos de insalubridad.

Los usuarios señalan al Gobierno del Principado, dueña de la zona desde los años ochenta, como la responsable por «no invertir lo suficiente en su mantenimiento y dejar que se malogre», comentaron algunos de los vecinos de Carreño. Supuestamente, explicó Mercedes García, presidenta de la Asociación de Vecinos Río Espasa de Perlora, «hacen limpiezas semanales, pero para mí que nos están tomando el pelo porque esto no puede estar así». Además, criticó también el comportamiento de la ciudadanía, su falta de colaboración: «Si ves que la papelera no da más de sí, ¿tanto te cuesta coger tu bolsa y buscar un contenedor más adelante?», cuestionó.

Sólo unos pocos, los voluntarios que «no soportan la porquería» a su alrededor, son los que intentan remediarlo. Entre ellos está Eva Juan, venida desde Oviedo con amigos para «pasar un día de verano en Perlora», como hace cada año. Al llegar se acercó al bar de La Cabaña, junto al arenal de Huelgues, para «pedir una bolsa de basura grande y limpiar, porque esto es de vergüenza». En el propio local, acostumbrados a las quejas de sus clientes –además de las reseñas negativas en redes– la impotencia por no poder hacer nada más allá de su terraza desemboca en frustración para los trabajadores. «Hacemos lo que podemos y, a veces, incluso limpiamos algo más allá, porque se nos quejan mucho. La gente no llega a entender por qué permiten que esto siga así», declara Iraya Peque, camarera del local.

El alcalde de Carreño, Ángel García, que ayer visitó Perlora acompañando a EL COMERCIO, anota que la ciudad de vacaciones «es una prioridad y nos hemos reunido con el Principado, porque en quince años nadie tiró por esto. Al fin y al cabo, nosotros sólo tenemos competencias urbanísticas, el dueño del suelo es la Administración autonómica».

Son varias las empresas las que se mostraron interesadas en Perlora, aseguró. Por ello, de acuerdo con el Gobierno de Asturias, al empezar el nuevo mandato en el Ayuntamiento hace un año, se acordó la redacción de un documento urbanístico que impulsara la zona, el Plan Especial de Reordenación Interior (PERI). Pensado como un proyecto turístico –en visión de la Corporación actual–, estipula qué se podría construir, dónde y qué clase de actividades se desarrollarían. Se presentó en febrero, pero aún no ha tenido respuesta; aún así, el «interés» es evidente según pudo atestiguar el regidor, «lo que faltaría sería una prioridad política».

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