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Un venado en la época de celo en las montañas del Alto Aller. E. C.

La berrea de los venados del Alto Aller «tiene un tirón turístico importante»

Este espectáculo de la naturaleza atrae cada vez a más visitantes, asegura el biólogo y guía de la empresa Jarascada, Noel Rodríguez

Martes, 10 de septiembre 2024, 02:00

A inicios de septiembre, casi a la entrada de otoño, tiene lugar, en varios puntos de Asturias, un evento único en la naturaleza. Es la ... temporada de celo de los venados, que dura unas tres semanas y en la que el berreo de los machos, en busca de las hembras, «hace retumbar los valles». El turismo para observar este acontecimiento ha ido creciendo con el paso de los años y la zona del Alto Aller –que tiene una de las poblaciones de este cérvido más importantes– fue pionera en ofertar rutas de guía turística para poder observar y oír este evento.

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Actualmente, es la empresa de turismo activo Jarascada la que ofrece rutas a estas montañas. El guía y biólogo del mismo nombre, Noel Rodríguez, acompaña a un grupo, no mayor de ocho o nueve personas, a más de mil metros de altitud; una vez allí, dejan que la naturaleza sorprenda y así, tal vez, tener la ocasión de ser testigos de algo que «no deja de ser peculiar».

«Es una actividad bastante interesante; y lo es más para la gente que le gusta. Durante unas tres semanas, hasta principios de octubre, aproximadamente, el macho del ciervo se dedica a berrear para poder atraer a las hembras y, en ocasiones, pelear con otros machos», explicó el biólogo. Con el plazo de reserva abierto desde hace dos semanas y la primera salida está programada para el próximo viernes 13, «el éxito ha llegado como cada año», llenando con rapidez la lista. «Atrae a mucho visitante de Asturias, pero también de fuera, como de Galicia, Cantabria, País Vasco, Castilla y León e incluso de Madrid; esta actividad de observar la naturaleza mantiene un tirón turístico importante y la gente se desplaza cada año, exclusivamente, para ello», añadió Rodríguez.

Además, otro plus de estas visitas es que «siempre hay una novedad porque nunca sabes lo que te puedes encontrar». Básicamente, «hay probabilidades altas» de poder ver a los ciervos, pero también se puede «ver la vida diaria de otras especies, como jabalís, osos, gatos monteses o incluso una manada de lobos, como ocurrió el año pasado», declaró Rodríguez.

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Para poder abrirlo a todos los públicos, acceden a las zonas –algo parecido a miradores en el valle– en todoterrenos, «de tal manera que solo hay un paseo de veinte minutos hasta el punto de encuentro». Una vez allí, durante tres horas, ya sea al amanecer o al atardecer, se espera pacientemente y se es testigo, «en silencio», de la vida en la montaña.

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