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A medianoche la hoguera de Poniente comenzó a arder, desafiando al orbayu. A su lado, numerosas pequeñas fogatas de los que ayer estuvieron en la playa dando la bienvenida al verano.

Arde San Xuan, empieza el verano

La lluvia restó afluencia a las hogueras de Poniente y Mareo, que centraron la celebración de la noche más corta

Marcos Moro

Martes, 24 de junio 2014, 01:14

Acompañado por el inconfundible sonido de Felpeyu, el bullicio comenzó a asomarse a la arena de la playa de Poniente de Gijón. Húmeda por la lluvia que cayó de forma intermitente durante toda la tarde-noche y que disuadió a muchos de salir de casa y sentarse en ella. En cualquier caso fueron miles quienes se acercaron, sin importar el tiempo, a la playa de Poniente para cumplir con el rito de ver arder la leña. Para contemplar con emoción el fuego en la hoguera, lo que simboliza que todo lo malo del año se va y con el verano comienzan los buenos y mejores deseos o, al menos, nadie dudará que sí empiezan los mejores planes.

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Felpeyu sonó y dejó en el eco sus sones celtas en la noche más corta y céltica del año, donde gaitas y brujas reinan por igual. Es la noche de San Xuan, la más corta del año y en ella también tuvieron cabida actuaciones de grupos folclóricos que amenizaron la espera y el pasacalles previo al encendido de la hoguera.

Como manda la tradición, la fiesta comenzó con el enramado de la fuente de Pelayo, en la plaza del Marqués. Allí, dirigidos por Andecha de Cultura Tradicional Na Señardá se cumplió el ancestral rito de enramar las fuentes con la esperanza de que al amanecer y al recoger la flor del agua se encuentre pareja, se conciba hijos o se adquieran poderes curativos. No está mal para empezar. Un enramado que fue acompañado de música y baile. Además participó la Banda de Gaites Villa de Xixón, que partió en animado desfile a las 22.15 horas desde la plaza Mayor, para llegar a la playa de Poniente solo una hora antes de la quema. Paralelamente, de los jardines de la Reina partió la Banda de Gaites Noega y las dos formaciones se fusionaron ya frente al mar en un concierto de vientos dedicados todos ellos a San Xuan.

Brisa marina, buenos deseos, noche de embrujo y como protagonista el fuego. Ardieron kilos de madera, poco a poco, hasta conseguir que la pira iluminara todo el arco del arenal y los rostros de los mozos y mozas dispuestos a esperar, ahora sí, a que se fuera consumiendo en sus cenizas para saltarla.

El colofón a la noche lo puso el concierto de Xera. Pioneros en el género nufolk, su universo de sonidos electrónicos y antiguos gracias a instrumento como el bouzouki, el violín, la zanfona, la bandurria y, claro, la gaita asturiana en un duelo nocturno con la batería electrónica, los teclados y las voces de este y de otros tiempos cautivó al respetable.

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No fue el único concierto, en Mareo, también meca de las hogueras de San Xuan para muchos que la siguen con fidelidad año tras año como continuidad de la de La Pedrera, actuaron los Inhumanos. El grupo que se hizo famoso en los años 80 y 90 con canciones como Qué difícil es hacer el amor en un Simca 1000 o Me duele la cara de ser tan guapo pasa por ser la formación más numerosa del pop-rock nacional, con un mínimo de 15 personas vestidas de monjes sobre el escenario . El mismo que pisaron los días anteriores Missiego y La Frontera. La foguera, monumental, por supuesto tal y como se anunciaba en los carteles de la comisión de festejos. A estas hogueras, las más reseñadas del concejo, se sumaron las de los barrios y otras parroquias. Tal y como fueron publicitadas se encendieron piras en Ceares, Contrueces, La Calzada y Vega La Camocha. No hay que olvidar tampoco las fiestas privadas, que fueron muchas, y todas ellas con los mismos propósitos: quemar lo peor del pasado, hacer borrón y cuenta nueva y disfrutar del estío.

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