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Los camiones con carbón extranjero se la juegan para salvar el obstáculo de la AS-117.

El argayo que interrumpe la memoria

Un corrimiento de tierra amenaza desde hace seis meses con cortar el puerto de Tarna, ruta antaño ligada a los veraneos en Riaño

R. M.

Domingo, 30 de agosto 2015, 00:37

La Consejería de Infraestructuras ultima el contrato que reparará la AS-117 a la altura del puerto de Tarna. «En septiembre licitamos la obra», avanzan sus portavoces. La iniciativa retirará de la vía un argayo señero y simbólico: desde febrero ocupa un carril cerca del punto kilométrico 60, deja menos de tres metros de ancho al conductor para que maniobre sin despeñarse, y amenaza con desmoronarse con los próximos chubascos. El incidente privaría al Alto Nalón de su salida natural a la meseta. La vegetación germina sobre esta masa de tierra y piedra que evidencia hasta qué punto ha caído en el abandono una ruta antaño ligada al veraneo de los asturianos.

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En la memoria sentimental de los nacidos antes de la década de los 80 pervive el viejo Riaño, pueblo que al otro lado del puerto olía a trigo, río y montaña, y recibía con pan, truchas y buenas carnes a los asturianos que allí buscaban retiro. Hace ahora 28 años la presa iniciada durante el franquismo y abierta por el Gobierno de Felipe González sumergió sus cafés Central y Nevada, la tienda de artículos de pesca de Polvorilla, el hotel Moderno, la discoteca El Roble y el cámping San Miguel, entre otros. Los asturianos acudían allí 'a secar' como hoy hacen en Valencia de Don Juan, claro que entonces eran más los que tampoco podían pasar el verano mucho más lejos.

La demolición del viejo Riaño se logró en 1987 a golpe de porra. Unos 300 agentes de la Guardia Civil tuvieron que sofocar a la población rebelde, reforzada por unos asturianos que allí no se sentían forasteros. Un suicidio y dos heridos graves -uno de ellos una gijonesa que perdió la visión de un ojo tras el impacto de una pelota de goma- fue el tributo pagado a una Administración que prometía mejoras para los afectados.

El aglomerado de la AS-117 se extendió tres años después, en un esfuerzo del Principado por mantener vivo el camino al nuevo Riaño que nunca más repetiría. El pueblo de sustitución carece del atractivo del antiguo. De los 1.649 vecinos que había en 1970 quedan 508 y los asturianos llegan allí con cuentagotas.

Camiones de incógnito

La carretera de Tarna es el cordón umbilical que une a Rioseco, Campo de Caso, La Foz y Pendones con los valles dominados por el pico Yordas. Hoy es vía con más baches que usuarios. La última vez que el Principado lanzó una campaña para medir el uso de sus calzadas, encontró que por la cima de la AS-117 pasan 380 vehículos al día, esto es, uno cada 3 minutos y 50 segundos. Es el sexto registro más bajo de las 87 estaciones de aforo distribuidas entonces por la red regional. El conflicto minero ha reanimado últimamente el paso. Los camiones que llevan carbón desde El Musel a la térmica de Velilla (Palencia) prefieren dar un rodeo por aquí y jugársela en el argayo con tal de evitar la 'provocación' que supone circular ante los mineros de La Robla o Villablino cargado de hulla extranjera.

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En una espiral perversa, la falta de usuarios ha justificado el aplazamiento de todas las mejoras en la vía. A su vez el deterioro espanta a muchos que por ahí podían circular. En 2003 el ministro de Fomento Francisco Álvarez-Cascos urgió al Principado a desdoblar la vía, amparando una petición del PP regional. Las disputas fueron inútiles y el puerto siguió languideciendo y negándose a dar la réplica a las inversiones que la Junta de Castilla y León si acometía para modernizar su lado de la vía, la CL-635.

El estropicio se ha ido así acumulando. La consejería revisó sus firmes en el 2013 e identificó 21,8 de la AS-117 cuyo estado era ya «malo». El año pasado, al redactar el Plan de Movilidad, marcó una serie de parámetros para averiguar qué calzadas presentan una situación «inaceptable»; sólo tres caían en esa categoría, entre ellas la AS-117.

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El documento concluía recomendando iniciar el acondicimiento desde Soto y aplazar hasta 2026 el desembolso de 7 millones que necesita el segmento entre Tarna y su puerto. Paradojas de la vida, la imponente presencia del argayo ha obligado a repensar las prioridades.

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