Los enfermeros necesitan autorización hasta para usar Betadine

«Necesitamos autorización hasta para usar Betadine». La frase, pronunciada por Maite Puertas, miembro del Sindicato de Enfermería y presidenta de la Junta de Personal del Área Sanitaria V, lo resume todo. Desde las pasadas navidades, cuando entró en vigor el polémico decreto de prescripción de enfermería, los enfermeros no pueden desempeñar gran parte del trabajo que desde hace años vienen realizando sin problemas en hospitales y centros de salud. «Con la ley en la mano necesitamos que el médico prescriba cada uno de los actos en los que hay un fármaco de por medio, aunque sea Betadine, algo que todo el mundo tiene en su casa y que utiliza sin problema ninguno. Hemos retrocedido treinta años».

La última normativa del Ministerio de Sanidad, y que ha sido recurrida ante el Supremo por varios sindicatos, entre ellos el Satse, impide a los enfermeros emplear medicamentos si no lo autoriza expresamente un facultativo. El decreto «echa por tierra todos los protocolos de actuación de los que disponemos actualmente», se queja el personal de Enfermería.

Los enfermeros exigen «seguridad jurídica para trabajar», de ahí que hayan exigido a las autoridades sanitarias de Asturias una solución. De momento, a excepción de «algún que otro choque puntual», los trabajadores «lo vamos llevando como podemos, pero no aguantaremos mucho tiempo más así. Debemos disponer de la autonomía que teníamos hasta ahora», advierten. Usipa y Satse han reclamado la retirada del decreto. Lo mismo que ha hecho la Consejería de Sanidad del Principado, que ha solicitado una reunión del Consejo Interterritorial de Salud para abordar este asunto. De momento, todas las comunidades, excepto Madrid y Castilla y León se han pronunciado en contra del decreto. Para lograr que se retire la normativa tiene que haber unanimidad entre las autonomías.